El segundo verano que vivimos en pandemia se acerca y, aunque esta vez la situación sanitaria parece ir a mejor, la precaución en temporada estival seguirá siendo una regla básica. Ceuta también se prepara para los meses de sol y no solo lo hace en cuestiones sanitarias: las playas de la ciudad se hacen un 'lavado de cara' y ultiman detalles a las puertas del estío.
La Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos de la Ciudad Autónoma actuaba este mismo sábado en la del Tarajal para perfilar algunos detalles en la zona. A través de Tragsa, el Gobierno autonómico recogía las algas que la corriente había arrastrado hasta la arena y que, poco a poco, iban acumulándose en las costas. A bordo de una retroexcavadora, los operarios estuvieron trabajando en el primer día del fin de semana para adecentar la playa del Tarajal.
Unas actuaciones que, colateralmente, también fueron criticadas en perfiles de redes sociales, en las que llegó a difundirse un vídeo que puso en duda el trabajo realizado, asegurando que la Ciudad estaba enterrando las algas. Desde Medio Ambiente niegan la mayor y aseguran, por el contrario, que este tipo de trabajos llevan realizándose desde hace años para preparar las playas, y que en ningún momento están ocultándose las algas en la arena.
Lo puntualizaban desde la propia Consejería de Yamal Dris en declaraciones a este periódico, desmintiendo tales acusaciones y advirtiendo que la retirada con retroexcavadora viene siendo una práctica habitual. Especialmente, desde que en Ceuta comenzaron a extenderse unas especies de algas asiáticas que, sin ser autóctonas, se propagan por nuestras costas desde hace años.
El procedimiento en estos casos es apartarlas con la retroexcavadora y, en algunos puntos concretos en los que ésta sea de difícil acceso, se hace a mano. Sin embargo, en este proceso es frecuente que la máquina también termine llevándose gran cantidad de arena por lo que, para conseguir despejar la playa de algas sin llevarse tanta tierra a su vez, hay determinados puntos en los que, tal y como explican desde el Gobierno autonómico, conviene arrastrar lo que se recoge hasta la orilla para que sea el mismo mar el que libere las algas de la arena. "De esta manera, se intenta afectar lo menos posible a la densidad de arena de las playas", concluyen.