El Ministerio Fiscal pide penas de más de 4 años de cárcel para seis detenidos en una operación de la Policía Judicial de la Guardia Civil enmarcada en la lucha contra el tráfico de drogas en Ceuta.
Tras seguimientos en la zona del Sarchal, dieron con buena parte de los implicados en la organización de estos pases. Funcionaban con un grupo de WhatsApp al que identificaron con los dígitos 123 en donde iban intercambiando información y que terminó siendo su trampa.
Fiscalía pide para los 6 acusados penas de 4 años y 4 meses de prisión, así como imposición de multas por un delito contra la salud pública en su modalidad de notoria importancia, de acuerdo con la información judicial a la que ha tenido acceso El Faro.
Los acusados J.B.M. y M.R.A. se coordinaron con un grupo de personas que no han podido ser identificadas para efectuar un pase de drogas en las piscinas del Sarchal. Los dos fueron detenidos en un operativo de la Guardia Civil desarrollado en la mañana del 3 de julio de 2023 que terminó con el decomiso de casi 500 kilos de hachís, valorados en más de 3 millones de euros.
Para garantizar que el traslado de esa sustancia estupefaciente llegara a la Península se implicaron otros acusados en este procedimiento, los llamados H.D.H., M.A.A., M.T.O.A. y A.M.M., quienes, usando walkie-talkies así como terminales de teléfono, se colocaron en diferentes puntos de la ciudad para ir facilitando información sobre la presencia de agentes, dando así la protección necesaria para que el pase pudiera efectuarse.
La contravigilancia a los guardias civiles
“Ya está, patrón”. “Avisa si ves algo, tienes que avisar cuando aún estén lejos, amigo”. Estas fueron las primeras indicaciones compartidas a primera hora de la mañana de ese 3 de julio por los participantes en el grupo 123. Todos tenían que cumplir a la perfección un reparto de roles: informar, vigilar, cargar, entregar...
Armados con teléfonos móviles para compartir esa mensajería instantánea, así como walkies para comunicarse, unos se posicionaron en las inmediaciones del Sarchal, mientras otros ejercían de mulas de carga de los fardos de hachís que iban a ser entregados a una narcolancha.
Conforme fue avanzando la investigación de la Benemérita se dio con los detenidos, pero no con todos. Todavía hay personas que siguen en busca y captura por su relación con los pases de droga.
Todos los procesados se coordinaban, según mantiene la Guardia Civil y sostiene la Fiscalía, para que nada fallara. Unos tocaban la mercancía y otros avisaban de cualquier movimiento que pudiera llevarse a cabo: acercamiento de patrullas, salidas de embarcación de la base del Marítimo…
El grupo de narcos se había repartido los roles de carga de la droga, coordinación del operativo y vigilancia, posicionando a participantes en los puntos estratégicos para informar de la llegada de vehículos o la salida desde el puerto pesquero de las unidades del Marítimo, enviando incluso fotografías al grupo.
La Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil pudo cerrar esta investigación enmarcada en la lucha contra el tráfico de drogas no solo con la práctica de arrestos in situ, de personas sorprendidas con las manos en la masa, sino investigando los movimientos de quienes sabían desde el primer momento todo el proceso del operativo.
Se investigó tanto la ubicación de todos los participantes como también sus movimientos, así como su participación en el grupo de WhatsApp. Un engranaje perfecto para ir ubicando sobre el tablero cada una de las piezas en lo que fue una pretendida salida de droga para abastecer el mercado de narcóticos movido, en grandes cantidades, a través de narcolanchas.