Tras dos intentos fallidos de apertura de la aduana comercial de Ceuta con Marruecos, el equipo de FaroTV se ha desplazado hasta el Mercado Central para conocer las ventajas que ofrecería a la venta del pescado.
En líneas generales, todas las esperanzas están puestas en que la apertura de la aduana comercial sea una realidad más pronto que tarde. Sin embargo, quien se dedica a la pesca en la ciudad no ve tan necesaria ni viable esa recuperación de comercio.
En primer lugar, el pescadero Anuar Ahassan expone que la ventaja que traería consigo una aduana comercial con Marruecos sería que los productos “seguramente vendrían más bajos de precio”.
Además, como bien señala Ahassan, también se acortaría el tiempo de llegada del género porque “sería mucho más fácil al tenerlo aquí al lado”.
Como comerciante, sin duda alguna, apoya la aduana comercial, sobre todo “por una llegada más temprana”, ya que entrando el pescado por la península llega sobre las 10:00 horas o incluso a las once”.
Por su parte, y en la misma línea, Abdulmalik Mohamed también confía en una reducción de precios si la apertura de la aduana comercial resultara exitosa, un acontecimiento que, hasta ahora, no se ha dado.
“El pescado está muy caro. Necesitamos que abra la frontera para meter mercancía de pescado, verdura y de todo”.
El problema más grave para quienes se dedican a la venta del pescado es que al entrar ahora dicha mercancía desde la península, esa mercancía ya “ha pasado de mano en mano” y conlleva un gasto adicional de transporte.
Pero, no solo el pescado, Abdulmalik ha mencionado que el kilo de mandarinas se encuentra a 3,50 euros, en cambio, en “Marruecos lo adquieres por 1 euro”.
En cuanto a los boquerones, “nos cuestan 6 euros de fuera, lo vendemos a 7, ¿qué ganamos? Un euro. Y al público le viene caro. Si viniera de Marruecos podríamos venderlo a 4 o 5 euros máximo”, explica este pescadero.
En la mañana de este sábado, el pescado ha llegado a los puestos del Mercado Central a las 11:00 horas y “otras veces no ha llegado hasta la una y media”, así lo relata Abdeselam Bumedian, al frente de la pescadería Bumedian.
Con la apertura de esta aduana comercial con Marruecos, este trabajador lo tiene claro, “el pescado llegaría antes, más barato y más fresco. Todo son ventajas. Mientras más tiempo, más dinero y menos calidad”, apunta.
“Yo estoy a favor de la apertura, ojalá se haga cuanto antes porque estamos engañados, llevamos todo el año esperando y cuanto antes se haga mejor. Todo sería más económico, la gente se ahorraría un dinero y nosotros venderíamos más”.
Suliman Bumedian, otro joven pescadero, está “ansioso” porque la aduana comercial sea una realidad. “Estos días hemos tenido muchos clientes quejándose de que el precio de los boquerones a 8 euros era muy caro y en Marruecos están a 2”.
El joven cataloga esta diferencia como “abismal”, creando en los clientes una sensación de enfado y rechazo a estas cifras.
“Las pijotas las tenemos a 14 euros cuando en Marruecos están a 7, las gambas a 16 y en Marruecos a 8… Lo que queremos es que se abra ya la aduana y el cliente se vuelva a acostumbrar a los precios que teníamos antes”, explica.
Además, Suliman espera que la apertura de la aduana traiga consigo un aumento de clientes, además de los que ya hay, pues como ha indicado, hoy daba “alegría ver el Mercado”, debido a la gran afluencia de gente que lo ha transitado.
No obstante, también ha aludido a la poca cantidad de pescado que entra “porque en la península está habiendo poco pescado y está muy caro”.
La nueva aduana comercial traería consigo, asegura Suliman, granes reducciones de precios. “Por ejemplo, la dorada y la lubina están a 12 euros y no bajan, si entra desde Marruecos estaríamos hablando de una diferencia de 3 a 4 euros. La compraríamos a 6 euros, la venderíamos a 8 y obtendríamos dos euros de ganancia”.
Según ha comentado Suliman, el margen de ganancias siempre se establece entre 1 y dos euros por kilo.
Finalizando, mandó ánimos al cliente y manifestó que “todos los pescaderos están hartos de los precios”.
“A mi compañero Carlos, desde luego, no le interesa la apertura porque tiene un barco pesquero aquí en Ceuta y le interesa que permanezca cerrada”, ha concluido.
Y, como no podía ser de otra manera, preguntamos a Carlos Ramírez, pescadero y pescador, su punto de vista sobre esta nueva vía de comercio.
“Lo que deberían de hacer es invertir, por ejemplo, en la Lonja, como están haciendo, que la están reformando. También en la formación de patrones, como soy yo, así como en gente que se quiera embarcar y demás”, relata Ramírez.
Este joven comerciante ha lamentado que “aquí no nos dan facilidades en ese sentido. Esto conlleva muchos gastos, da empleo, pero la gente no quiere este trabajo porque el pescado antes no valía lo que vale ahora”.
Carlos entiende que pescados como el boquerón o el jurel pueden ver una reducción de precios, pero “el pescado fino no va a bajar el precio. Esto se va a mantener”.
Ramírez también ha hablado de la calidad de nuestras aguas, a pesar de que Marruecos está al lado, e invita a quien quiera a experimentar el trabajo que un pescador realiza hasta mostrar el producto en el mostrador.
Según Carlos, si fuéramos conscientes del trabajo que hay detrás, serían los propios clientes quienes apoyarían el precio que el pescado presenta actualmente.