El cementerio de
Sidi Embarek ha acogido esta tarde el entierro de Maher, el niño de 8 años que murió en un hospital de la Península aquejado de
leucemia. Se pudo
recaudar el
dinero necesario para trasladar su cuerpo a Ceuta en donde ha recibido sepultura en presencia de familiares y quienes lucharon desde distintos ámbitos por él. Este lunes se conocía la triste noticia de su muerte en el hospital San Joan de Deu, en Barcelona. Allí estaba recibiendo un tratamiento a base de células CART, habiéndose conseguido la autorización ministerial para dispensárselo ya que al ser tan específico no podía administrársele sin ese requisito.
Los restos de Maher han podido trasladarse a Ceuta, la tierra de su familia, para realizar aquí el entierro. Tras el rezo en la
mezquita de Sidi Embarek se ha procedido a su traslado hasta el cementerio, en donde ha recibido sepultura en la tumba 4821. Termina aquí la vida de este niño que se aferraba a seguir el camino. Un niño cuya historia fue conocida a través de redes sociales, al iniciarse una campaña para dar a conocer su situación y pelear para que oficialmente se le pudiera prestar la atención específica que necesitaba.
Desde entonces se ha conocido su evolución y se ha rezado por él para que saliera adelante. Muchos ceutíes empatizaron con esta situación y con el dolor de su familia. Este viernes se ha procedido al entierro. Son muchas las personas que de han acercado al cementerio para estar en esta despedida tras el rezo en Sidi Embarek. Conocidos de la familia han querido acompañarle en este momento tan delicado.
El pequeño ha sido enterrado en una de las tumbas ubicadas en el final de la primera hilera construida en la parte nueva y en obras de este cementerio. Haría falta adecentar más este lugar toda vez que el desarrollo de las obras no guarda una mínima seguridad para quienes acuden y por ejemplo tienen que pasar por zonas nada adecuadas. “Son los pajaritos de dios”, dice uno de los presentes en ese intento por comprender la muerte de quien solo era un crío.