Aunque la pandemia y todas sus derivadas han dado al traste con los planes inicialmente previstos para completar la (semi) peatonalización de toda la espina dorsal del centro de Ceuta que forman el paseo del Revellín y las calles Camoens y Real desde la plaza de la Constitución hasta la de Maestranza, la actuación sobre el último tramo a partir de la iglesia de Los Remedios no ha caído en el olvido.
En 2019 el Gobierno de Vivas proyectó que la actuación se ejecutaría entre 2021 y 2023 con un presupuesto de 3,5 millones, pero la crisis de la Covid-19, primero, y la migratoria, después, junto a sus consecuencias económicas han obligado a cambiar esa planificación y a dividir la obra, que inicialmente llegará hasta el cruce de la Cámara de Comercio.
Fuentes del Ejecutivo local han explicado que el proyecto básico “ya está redactado” y ahora se encuentra pendiente de culminarse el de ejecución de la mano del medio propio Tragsatec.
“La intervención”, han resumido, “contempla como zona de actuación la calle Real en su tramo que va desde el cruce con la calle Teniente Arrabal hasta la intersección con la calle Dueñas e incluye también todo el ámbito de la plaza Azcárate”.
La propuesta consiste en “la remodelación del vial actual transformándolo en una plataforma única con tráfico restringido” similar al que ya enlaza la plaza de los Reyes con la iglesia de Los Remedios.
La superficie a remodelar es de 4.300 metros cuadrados y el objetivo es ganar un área mucho más amable para el peatón.
Las actuaciones “más significativas” pasan, tal y como han precisado desde la Consejería de Fomento, por un “ensanchamiento de las aceras” de uso exclusivo para viandantes y por la pavimentación del tramo “con piedras naturales como continuación de las fases anteriores de peatonalización de la calle Real”.
Se incidirá en la eliminación de barreras arquitectónicas y se apostará por el soterramiento de contenedores en los puntos donde se concentran de forma más molesta y antiestética, como enfrente del CEIP Lope de Vega, donde se prevé “liberat” espacio.
El proyecto también abordará la recuperación de la plataforma superior de la plaza Azcárate “con zona de hostelería y juegos de niños” e implantar una conexión peatonal entre la calle Real y Salud Tejero con escaleras mecánicas.
Igualmente se ejecutará una “reordenación” de la parada de taxis y autobuses y la sustitución de luminarias y mobiliario urbano.
Además, está previsto implantar nuevas zonas de carga y descarta y plantar naranjos en toda la calle.
La actuación se aprovechará para una “actualización” de todas las infraestructuras de la vía (saneamiento, abastecimiento de agua, electricidad, alumbrado público, telecomunicaciones…).
La Ciudad comenzó a dar pasos para ganar espacio al coche privado en favor del peatón hace ya casi veinte años, cuando se suprimió la circulación del tráfico rodado por el paseo del Revellín, que como parte de la calle Camoens se han convertido en un espacio casi estrictamente vetado para los vehículos salvo casos de emergencias.
La imposibilidad de suprimir cruces como el de la calle Padilla ha generado hasta ahora problemas puntuales que se van a intentar reducir con la instalación de semáforos.
En el tramo que va desde la intersección de Camoens con Delgado Serrano hasta el inicio de la calle Real, el tramo que corre por la plaza de los Reyes, se mantiene calzada para automóviles y a partir de ahí únicamente los servicios de transporte público y los de emergencias (junto a los vecinos con garaje) pueden transitar.
La idea del Gobierno local es replicar el modelo de ese último tramo y darle continuidad, si no hasta la plaza de Maestranza de un solo golpe, sí hasta cerca del Mercado de Real 90.
Con la peatonalización de la Gran Vía parcialmente fallida (la mayoría de los días hay por ella más coches que personas aparcados o circulando, muchos oficiales), el tramo de Constitución a Maestranza aspira a convertirse en una espina dorsal del centro casi vetada a los vehículos en el corazón de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que la Ciudad deberá concretar durante los próximos meses.
Abarcará algo menos de 1 kilómetro cuadrado desde Puertas del Campo hasta San Amaro y en esa área se aplicarán restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
La propuesta, que debe estar aplicada en 2023 y supondrá “un hito en la concepción de la ciudad y en especial de su núcleo urbano más histórico”, es un área restringida que tendrá como núcleo central la plaza de los Reyes.
Su perímetro estará formado por la avenida Martínez Catena, las calles Independencia, Deán Navarro Acuña, Santander, Recinto Sur, Cortadura del Valle, Juan I de Portugal, el paseo de la Marina Española, Muelle Alfau y las avenidas Compañía del Mar, Juan Pablo II, González Tablas y San Juan de Dios.
Ese conjunto de calles no quedaría afectado por la normativa aplicada a vehículos a motor en la ZBE, es decir, tendrá permitida la circulación de vehículos sin distintivo medioambiental “siempre y cuando no se introduzcan en el viario interior del perímetro” por “los condicionantes geográficos y la estructura viaria existente en el sector oriental de la ciudad”.
Agentes de seguridad de la localidad marroquí de Imintanout detuvieron, en la tarde del pasado…
La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) ha dado a conocer su próximo videojuego oficial, FIFA…
Ceuta ha estado representada durante todo el pasado fin de semana, en la ciudad de…
El Centro Universitario UNED de Ceuta ha celebrado la tarde de este martes el solemne…
Una representación muy especial del clásico ‘El Cascanueces y los cuatro reinos’ ha tenido lugar…
La agente de la Policía Local de Ceuta, M.M.L., que está acusada en el juicio…