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‘Sento’ y ‘Rafelín’ son dos aficionados de la motocicleta italiana que desde el sábado han recorrido el norte africano sobre dos ruedas para hacer en Ceuta su última parada
Ante el ruido de un motor muy singular, ‘Sento’ y ‘Rafelín’ eran recibidos ayer por el Vespa Club Ceuta. Estos valencianos se adentraban en la ciudad después de un largo viaje que comenzó el pasado sábado desde Valencia y les ha llevado por Melilla, Alhucemas, Chauen o Tetuán. El objetivo: recorrer el Rif pero de una forma muy particular, con sus apreciadas y queridas vespas.
“La idea parte a raíz de nuestra curiosidad por conocer los vestigios de España en la zona de Marruecos y, ya de paso, visitar esas grandes ciudades desconocidas en la península como son Ceuta y Melilla”, explicaba Vicente Magdalena, ‘Sento’.
Y es que, para estos viajeros, como ellos mismos se definen, cruzar el charco después de haber recorrido media Europa era una asignatura pendiente. “Hemos hecho muchos viajes por el corazón de Europa, pero África siempre quedaba aparcada y decidimos que había llegado el momento de arrancar las motos y emprender la marcha”, asegura Rafael Pérez, ‘Rafelín’.
La vespa, una línea italiana facturada por primera vez en la localidad de Pontevedra, nace con la pretensión de ser el gran vehículo para circular por la ciudad, aunque sus adeptos han ido más allá. Aseguran que pueden recorrer largas distancias y, a pesar de ser motocicletas que carecen de gran envergadura, la pasión por ellas rompe cualquier tipo de distancia y salta fronteras. “Hoy en día aguantan mucho, de hecho ya estamos planificando una gran concentración europea que se celebrará el próximo año en Hungría y que va a aglutinar a varios miles de aficionados de todo el viejo continente”, declara ‘Sento’.
Estas motos italianas, siete décadas más tarde, siguen contando con un gran número de adeptos alrededor del mundo, y es que la vespa no es solo un medio de transporte: “Es un sentimiento”, confiesa ‘Sento’. El valenciano explica la comodidad de viajar y disfrutar sobre esas dos ruedas. “Desplazarte sobre ellas es una tranquilidad, una forma de disfrutar de tu trayecto de manera suave y apaciguada. Al ser una moto que no alcanza altas velocidades te permite deleitarte de los paisajes que atraviesas”, manifiesta.
En Ceuta han concluido su ruta africana antes de poner rumbo a Madrid. Cinco días de viaje de los que destacan “la hospitalidad por encima de todo”, admite ‘Sento’. “ Conocimos en primer lugar Melilla, donde tuvimos un recibimiento fantástico y, en Ceuta, exactamente igual, ha sido espectacular. En dos ciudades que eran las eternas desconocidas, hemos descubierto que son preciosas y dignas de visitar”, apostilla ‘Rafelín’. Aseguran que este es solo el preámbulo para poder repetir, pero con más aficionados del Vespa Club Valencia.
Ahora tienen por delante 900 kilómetros para celebrar en Madrid un gran evento entre los aficionados: la presentación del Vespa Club España. “Se ha hecho un esfuerzo por parte de todos los clubes del territorio nacional para poder recuperar el gran Vespa Club. Y el acto de presentación oficial será en Madrid a partir de mañana”, explica ‘Rafelín’.
Una visita corta pero intensa para estos apasionados de la vespa. ‘Sento’ y ‘Rafelín’ se despiden hoy de Ceuta, pero aseguran que volverán muy pronto y haciendo mucho más ruido.