Lo que iba a ser la conmemoración de un esperado Corpus Christi tras la reapertura de la parroquia de San José, se ha convertido en una solemne misa. El culto, que tradicionalmente se ha festejado en la calle, esta vez se ha celebrado a puerta cerrada en este templo de Ceuta.
La razón que ha llevado la ceremonia al interior de la iglesia no es otra que el transcurso de las obras en la barriada de Hadú. Su desarrollo ha puesto en jaque al itinerario que todos los años recorre los diferentes rincones del vecindario.
La custodia ha estado presente de una forma distinta. El sacerdote Guillermo Alberto la ha llevado hasta al altar al inicio del acto. Al salir de una estancia interior, se ha desplazado hasta allí con un canto.
Misa cantada
La letra no ha sido desconocida por los asistentes. Al escucharla, se han unido a él y han formado una especie de coro improvisado a capela. “Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como la mañana se levanta”, han interpretado juntos.
El Corpus dorado ha reposado sobre la sencilla mesa preparada para la ocasión. Ha continuado en su repertorio con una segunda pieza, pero, en esa ocasión, se ha decantado por una en latín.
Los feligreses, en silencio, han sido testigos de esta intervención en la eucaristía. Sus palabras han retumbado a través de los ecos de las instalaciones. Algunos, en ese momento, han optado por continuar en pie. Otros han preferido sentarse y, con la cabeza gacha, han participado de forma individual en el rito.
Han interiorizado su fe y, a través de la guía del cura, han formado parte de esta celebración del Corpus Christi dedicada a la institución de la eucaristía y de su significado para el creyente cristiano.
Momentos previos
Antes del inicio de la misa, el padre Guillermo ha explicado a tres de los presentes cómo tienen que proceder para hacer las vísperas y para acometer el culto de forma adecuada.
Los tres, con cierta complicidad, han estado en ello durante unos minutos previos al comienzo. Han aprendido a cómo hacerlo colocados en el atril junto al sacerdote, que los ha orientado en esta cuestión.
Al percibir cómo una de las fieles ha transmitido que ya sabía cómo había que hacerlo, se han separado para empezar la ceremonia. El acto ha estado caracterizado no solo por la música. Las lecturas de las sagradas escrituras también han estado patentes a lo largo de esta celebración del Corpus.
Los asistentes se han turnado en el atril para dar a conocer distintos pasajes de la Biblia. Cada uno ha versado sobre una cuestión en concreto. Desde la liberación de la mano de dios, hasta la entrega de la fe o agradecimientos al señor por “su bendición con toda clase de bienes espirituales”, entre otros.
“Tenía fe incluso cuando me sentía una desgraciada”, ha pronunciado una de ellas. Los demás, al unísono, han repetido cada frase que han transmitido los dos feligreses que han estado en el altar.
Apertura de San José
El templo en el que se ha llevado a cabo este íntimo Corpus hace tan solo unos meses acogió su acto de apertura. El pasado abril fue una fecha especial en el calendario para los que, hasta ese momento, no habían podido participar en sus cultos a causa del cierre.
El obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, presidió una misa para la ocasión. Una vez finalizada, bendijo el altar sobre el que este sábado ha descansado la custodia. Durante el evento de inauguración tras cuatro años con las puertas selladas, también se descubrió una placa que conmemora la reanudación de los ritos en su interior.
Las imágenes ya para ese momento habían regresado a la parroquia. Mientras tanto, en el transcurso de la espera, los sacros titulares permanecieron por un periodo de tiempo en la Santa Iglesia Catedral hasta el cese de su actividad a causa de unas obras. Ello hizo que estuvieran en los últimos meses en la iglesia de Santa Teresa.





