Las imágenes se repiten a diario. Todas las noches y madrugadas en los bajos de la Marina, punto de reunión para unos botellones que a pesar de estar prohibidos se organizan incumpliendo todas las medidas de seguridad habidas y por haber, generando más riesgos. Dijo Sanidad esta misma semana que se reforzarían los controles para evitar estas prácticas: es un hecho constatado que no se están haciendo los deberes como se debe porque cada noche hay decenas de jóvenes que ocupan este lugar sin usar mascarilla, sin mantener distanciamiento social y dándose besos y abrazos. Esto es sangrante pero no es aislado porque vecinos de distintos puntos de Ceuta se hartan de dar avisos al 112 para que la Policía acuda e intervenga ante los focos de concentración pero esa respuesta no es rápida y, en demasiadas ocasiones, resulta inexistente. ¿Qué dispositivos se han preparado?, ¿por qué se anuncia que se van a redoblar los esfuerzos si luego el ciudadano ve que no es así? Hay que actuar con mayor control, no se trata de poner un policía en cada esquina pero sí de controlar estos picos de riesgo como se debe y eso se arregla sancionando comportamientos que no pueden ser permitidos. Lo que está ocurriendo, no solo los fines de semana sino casi a diario, puede generar consecuencias que debamos lamentar.