“Se trata de un tipo de palmera muy fina y que se ha doblado con facilidad a causa del viento. Debido a su peso no ha podido volver a su estado normal, de ahí que no haya habido otra que talar”, matiza. Además de Bomberos estuvieron presentes en la zona a lo largo de toda la tarde otros servicios municipales como los de limpieza, Policía Local y Parques y Jardines. De momento, el consejero desconoce si se reemplazarán estas dos palmeras por otros ejemplares de la misma especie, aunque parece poco probable, ya que se está trabajando en un plan de actuación, coordinado entre la empresa pública Tragsa y los biólogos de Obimasa, para el control del picudo rojo, un tipo de escarabajo muy dañino con las palmeras. “No descartamos que los ejemplares estuvieran enfermos y eso hubiera propiciado que tuvieran esa inclinación tan acusada y peligrosa”.
Lucha sin cuartel contra el temible escarabajo
Ceuta está seriamente afectada por una plaga de un escarabajo, conocido como el ‘picudo rojo’, contra el que la Ciudad y el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente llevan años luchando. Es una de las razones, por ejemplo, por las que no se pueden podar este verano las palmeras, algo que desde el punto de vista estético no parece lo más apropiado. En la práctica, se trata de un mecanismo de prevención y defensa ante la amenaza que supone el picudo rojo, cuyo nombre científico es Rhynchophorus ferrugineus. El insecto es capaz de provocar la muerte de las palmeras en las que se instala, por lo que la lucha de los jardineros contra este coleóptero es intensa. Sobre todo en los meses calurosos, cuando el picudo se muestra más activo. Ayer, ante la duda de que los ejemplares talado estuvieran infectados, se optó por trasladar los residuos vegetales hasta una zona de Calamocarro donde se están depositando e inspeccionando por parte de los biólogos de Obimasa y del personal de Tragsa, encargados del control de la temida plaga.