El viernes de esta semana se celebró una bonita jornada de poesía homenaje al insigne poeta caballa Luis López Anglada. La Asociación Colegial de Escritores de España, en su sección de Andalucía, decidió homenajearlo en su VII encuentro, dentro de la asamblea anual de escritores andaluces. Me encanta cualquier idea que reúna personas interesadas por la cultura y el cultivo de la sensibilidad. Me siento muy cansado y harto de encuentros comerciales, foros para el desarrollo económico, mesas para el avance turístico, y jornadas geo-estratégicas.
Mientras todo esto ocurre en el mundo virtual de los satisfechos de la Ceuta de hoy en día, nuestra marinera ciudad continua languideciendo de abandono y falta de impulso cultural y ambiental. Así son las cosas, la ciudad está abandonada a su suerte y siempre hipotecada por tantos diletantes de fuera y dentro que no hacen nada por ella. Todo son discursitos y vestir el traje en Madrid, pero a la hora de la verdad, los representantes políticos no nos sirven ni para hacer sonrojar a la administración general del estado cuando hace falta.
El abandono del hospital universitario, la sinrazón de la frontera, el estancamiento crónico de las políticas ambientales y en general la falta de compromiso decidido por impulsar una ciudad abierta y culta en consonancia con su brillante pasado intelectual, son señas de identidad de la vulgaridad política establecida. No se mantienen las cosas importantes, un ejemplo es la ola de Diego Segura, verdadera expresión de arte marítimo que por falta de mantenimiento se ha dejado morir de herrumbre. Ni siquiera, se piensa en dejar una pequeña huella que la represente en la flamante plaza, solo van a instalar el Hércules ocupando toda la atención.
Le recordamos, que eso no es expresión artística original, sino estatuaria gigante, que por resultona que sea para hacerse la foto, nada tenemos contra eso, no alcanza para elevarnos el espíritu de la mediocridad en la que vivimos. Solo el arte y la cultura nos pueden salvar de la decadencia en la que se encuentra la ciudad y su enorme estancamiento. Todo ello, provocado por un conformismo social hortera que nos ha poblado el centro de tiendas de alcohol, dulces y maquillajes. Consecuencia de este estilo nefasto de hacer política, es la proliferación de salas de juego o la destrucción del Teatro Cervantes, vendido al mejor postor, para hacer viviendas de postín. Todo el ambiente caballa está plagado de oportunistas que solo quieren dar pelotazos que le llenen los bolsillos de billetes.
Entre todo esta marasmo gris que tanto daña a las almas inquietas, y a todo el tejido social, aparecen expresiones genuinas de verdadera expresión artística para la elevación del espíritu. El grandísimo López-Anglada, hace su aparición en escena y con su preciosa poesía llena Ceuta con el verdadero espíritu que merece la pena perseguir:
“BURLA DE GAVIOTAS, SAL Y ARENA
Burla de gaviotas, sal y arena; mar de mi infancia, asombro cristalino, de nuevo vuelvo a verte, peregrino, desde el acantilado de mi pena. De nuevo tu horizonte colma y llena el corazón que, en medio del camino, como un sonoro caracol marino, frente a tus olas y tus vientos suena. Suena la vida en mí; tú permaneces jugando con tus playas y tus peces y rizando de espumas la belleza. Hombre de tierra, andante hacia la muerte, siento que queda, cuando vuelvo a verte, el corazón mojado de tristeza.”

Muchas otras poesías se leyeron para crear una luminosa nube de gozo, una expansión de musas en busca de nuevos poetas, filósofos, conservacionistas y protectores del legado cultural heredado. Se buscan jóvenes con inquietudes que no aspiren a ser solo burgueses, o que si lo son, no enloquezcan ni presuman que ganan mucho y trabajan poco. Que sean capaces de compaginar un sano ejercicio profesional con el cultivo de su interior y que escuchen la voz que solo es audible en el silencio de la conciencia. Para ello no pueden adormecerse con los lujos alienantes ni estar persiguiendo placeres inmediatos, ni mucho menos aspirar a vestirse como señores, más bien, tender a vestir con señorío su alma de arcoíris, que derrame amor y perdón. Se buscan personas que no protesten por las gaviotas, sino por los humos, el ruido y la falta de espacios para caminar, que les moleste el exceso de vehículos y el ruido ensordecedor de las motos. Ciudadanos activos y librepensadores que protesten ante la delegación del gobierno por las injusticias, por la dejadez del estado, y del ayuntamiento, por tanto abandono cultural y ambiental. Los señores del dinero, lo quieren convertir todo en un problema económico, eso es simplemente incompatible con la humanidad, eso pertenece al mundo oscuro de la avaricia y del poder, un cerco cada vez más estrecho donde campea el redil insoportable de la mediocridad y la vulgaridad.
Por todo lo dicho, y por muchas cosas mas que callo prudentemente, reivindico la preciosa actividad cultural organizada por el IEC, la Biblioteca Pública y la ACE en beneficio de la palabra. Necesitamos ahora más que nunca, que se alce la palabra con sensibilidad y valentía. Una voz que se enfrente a la desazón, la aceleración y la vulgaridad de la vida cotidiana.
La literatura, la cultura y la vuelta a nuestro interior humano puede reconciliarnos con nosotros mismos y llevarnos hacia el sol invisible que es nuestro buen Dios. No por ello menos presente ante nuestra desviación y decadencia. La religiosidad vacía no salva y solo el espíritu nos impulsa hace lo más alto y nos hace humildes. Esencial ejercicio para reconocernos nuestra pequeñez y contingencia ante el único ser necesario. La poesía acerca a la luz y aleja las tinieblas, o mejor dicho, ilumina las tinieblas y así es más fácil afrontarlas y desenmascararlas.
El recital de poesía del genial López-Anglada transcurrió con una atmósfera preciosa llena de intervenciones magistrales y de un gran espíritu de colaboración entre escritores de las dos orillas. Todo llevado de la mano de María Jesús Fuentes y Manuel Gahete. Y por supuesto del resto de miembros de la asociación que mostraron un amor fuera de lo común por nuestra ciudad. Agradecer a la consejera de Educación y Cultura su participación activa en las jornadas y su genuina simpatía por la poesía y los poetas. Al Instituto de Estudios Ceutíes, nuestra propia institución su activo impulso.
La palabra es importante porque nos nutre, une a las personas y a las diferentes culturas y nos mantiene vigilantes ante “los malos” de todos los tiempos. Incluso también sirve para amar a los malos e intentar convencerlos para que se conviertan en buenas personas, y dejen de conspirar contra el amor. La expresión poética tiene la virtud de convertir al ser humano en un ser trascendente. Vivir poéticamente es sentir el palpitar de la vida interior y buscar el sentido de la existencia. No hay poeta verdadero que no se interprete y se busque así mismo a través de su literatura. Me refiero a la expresión poética abierta a través de la práctica de cualquiera de las artes, e incluso de la ciencia natural, que tanto color imprime en nuestra alma.
Fue todo muy reconfortante y una conversación entre amigos al amparo de la música, y el canto bien interpretado. Elevarse por encima de la mediocridad y la decadencia establecida, no es algo fácil en la época que vivimos de materialismo desbordante y destrucción interior de los seres humanos.
Al día siguiente a este encuentro pudimos disfrutar de la presentación de un nuevo libro del brillante poeta Manuel Gahete. Me pareció tan profundo y verdadero como la salida del sol, o el viento que riza las aguas marinas del estrecho las mañanas de poniente. Su relación poética con las pérdidas de seres queridos o el amor conyugal hirieron gratamente mi alma para siempre. Gracias por vuestra invitación a leer el poeta dedicado al mar y por todo vuestro cariño. A mi novia Cristina Narro, poeta caballa con una feminidad en su literatura que adoro, le agradezco su valioso consejo sobre la métrica para leer mejor el poema.






