Hay historias solidarias cuyo origen es fruto de una casualidad mágica, capaz de unir dos nortes. Quién si no iba a pensar que una asociación de ayuda al refugiado e inmigrante radicada en el País Vasco iba a fijarse en una tragedia migratoria ocurrida en Ceuta, hallando un nexo común: una prótesis de pierna donada por un vecino de Abadiño (Vizcaya). Bueno, en realidad fueron cuatro las que llegaron a las manos de Itziar Larrinaga, miembro de la asociación, que le fueron entregadas por Emi Mata. Eran de su padre y las usaba al haber sufrido un accidente laboral. Cada prótesis suponía una versión renovada que al fallecimiento del progenitor ya no iban a tener utilidad.
Emi Mata pensó que quizá en la asociación en la que trabaja Larrinaga podían encontrarle una función. Que podían dar con alguien a quien esas prótesis le fueran útiles para conseguir una mayor y mejor calidad de vida. ¿Saben que significa Hemendik Harantz Durangaldea? De aquí para allá. Y eso es precisamente el espíritu de esta asociación. “Contacté con un banco de prótesis de Valladolid que se dedica a enviarlas a Siria. Justo las íbamos a mandar para allá cuando leí en El Faro de Ceuta el accidente que había sufrido una inmigrante subsahariana, que había perdido la pierna”, cuenta en declaraciones a este periódico Larrinaga.
Ahí comenzó el momento mágico y casual de esta historia. Cómo en el otro norte alguien lee una noticia de El Faro y se da cuenta que, dentro de la tragedia sufrida, quizá haya alguna esperanza para una joven. Ella es Fatoumata, a la que todos llaman cariñosamente Fatu, quien con solo 25 años sufrió graves lesiones después de que la conductora de un coche patera en el que la habían ocultado chocara contra una vivienda de Arcos Quebrados. Fatu, natural de Guinea Conakry, perdió una pierna esa noche y sufre graves lesiones en la otra. De hecho se le tuvo que trasladar a Cádiz para la realización de injertos e intervenciones complicadas que persiguen poder salvar su otra extremidad. Su vida quedó rota en aquel accidente, pero también trajo a su lado a muchas personas que la están cuidando, que la animan y atienden para que pueda superar este trance físico y psicológico. A Fatu la rescataron los Bomberos y fue la peor parada de todos los que ocupaban aquel coche, auténtica obra de ingeniería para pasar inmigrantes.
Hemendik Harantz Durangaldea se puso en contacto con Cruz Roja Ceuta y con el Hospital Universitario para gestionar el envío de una prótesis para Fatu. Después de superar varios trámites burocráticos, la pierna ortopédica ha salido destino Ceuta para que le sea entregada a la joven guineana si finalmente regresa a la ciudad o se le dé en Cádiz si continúan los tratamientos médicos en el clínico peninsular.
Pero en el paquete no solo se ha enviado una prótesis. Van dos. Y es que las casualidades de esta historia no terminan aquí. Cuando Larrinaga se puso en contacto con Atención al Paciente del Hospital Universitario supo que había otro marroquí, sin papeles, que dormía en la calle, que estaba ingresado y al que le faltaba una pierna. Se le tuvo que amputar, fruto de la diabetes que sufre. Así que desde Hemendik Harantz Durangaldea no se lo pensaron dos veces y el envío para Fatu fue doble: va otra pierna para este joven. “Un regalo del cielo”, como le dijeron en el HUCE. Un regalo con mucho recorrido, que ha cruzado de norte a norte y que ha conseguido unir historias tan diferentes y, a su vez, tan auténticas y verdaderas. Historias conseguidas gracias a Itziar, Emi Mata y mucho corazón.
Hay que resaltar el gran trabajo realizado entre otros por la Trabajadora Social del Hospital Universitario de Ceuta, que gracias a sus gestiones se han podido superar muchas trabas burocráticas. Buen trabajo! !
Afortunadamente entre nostros sigue habiendo gente de grand calidad humana como este señor que ha donado esa prótesis y los de la Association que hicieron posible su entrega a las personas damnificadas. Grand SALUDOS a todos.
Luego hay personas necesitada y no le ayudan valla tela
Maravillosa humanidad