Ya es sabido por todos lo sucedido en la ceremonia de la entrega de los oscars. El actor Will Smith se levantó de su asiento y propinó una bofetada al humorista y presentador de la gala Chris ROCK.
El actor regresó al patio de butacas y, mientras se hizo un silencio sepulcral, retumbaron las palabras del abofeteador: “Aparta de tu puta boca el nombre de mi esposa”.
Ante el tortazo que dio la vuelta al mundo, por unos días dejamos de hablar de la guerra de Ucrania, el Covid 19, los acuerdos de España con Marruecos sobre el Frente Polisario, la huelga de los camioneros y la subida del IPC al 9,8%.
La torta colapsó todos los medios informativos y se produjeron ríos de tinta y mares de palabras en periódicos, redes sociales y coloquios de urgencia.
Y ahí, la humanidad se planteó los límites del humor, la ética de los chistes y las risas producidas por estos " Inventos del maligno".
Yo, que soy bromista por naturaleza y me escondo en la ironía para soportar el dolor de la existencia, debo reconocer los peligros de estos usos.
En la famosa película ‘El nombre de la rosa’ el monje del monasterio encargado de los libros incunables decide esconder un libro de Aristóteles sobre la comedia alertando de los peligros de ese género literario. Cito textualmente su argumento: “La risa mata el miedo y sin el miedo no puede haber fe, porque sin miedo al diablo ya no hay necesidad de Dios”.
¿Hasta dónde es lícito usar el recurso del humor? Qué límites morales, legales o éticos debería tener? ¿ Sobre qué, de quién y de qué nos reímos?
¿Es normal utilizar el puñetazo si te sientes agraviado por cualquier tipo de alusión que pueda ser interpretada como una ofensa inadmisible.
¿Era la enfermedad de Jada Pinkett Smith y la alopecia merecedora del chascarrillo? ¿Se merecía el mandoble?
Ahí está el tema. ¿Quién pone los límites? ¿Deberíamos ser nosotros mismos nuestros propios censores?
Propongo que, como filósofos y garantes de la moral y la sabiduría, nos liemos a hostia limpia a quien se atreva a hacer humor de gordos, flacos, blancos, negros, mestizos, homosexuales, lesbianas, cojos, mancos, sordos, mudos, ciegos, tuertos, con orejas grandes, pequeñas o intermedias.
Chistes de tartamudos, calvos, greñudos, penes grandes, pequeños, intermedios, pechos grandes, pequeños, intermedios, Chistes políticos. Chistes sobre los que visten bien, mal, regular.
Chistes sobre nudistas, vegetarianos o veganos. Chistes de profesiones. Los chistes de catalanes, gallegos, vascos, madrileños.
Los chistes de nacionalidades, de sindicatos, de perros de gatos, de pájaros... En fin, a hostia limpia.
Griten conmigo... “VIVA EL SOPAPO".
Ha nacido un redentor: WILL Smith.