Disciplina, obediencia y rectitud, estos son los valores fundamentales del Ejército. Pero sobre todo, el servicio a los demás, el servicio a la patria y a sus ciudadanos. Mucho más en estado de alarma. Una situación excepcional que hace tan solo unos meses era inimaginable.
Estamos preparados para combatirlo, pero nuestro enemigo no se cansa, no para ni siente. No podemos vencerlo en el cuerpo a cuerpo ni prever sus movimientos. Pero podemos desarmarlo y contenerlo quedándonos en casa o siguiendo las directrices y medidas de seguridad impuestas por el Gobierno. Le estamos sacando ventaja, pero si nos quedamos en casa, lo detendremos más rápido.
Por eso, FaroTV acompañó en su misión a la Sección del Regimiento de Caballería de la Comandancia General de Ceuta (COMGECEU) encargada de desarrollar la ‘Operación Balmis’ en nuestra ciudad, que empezó el pasado 18 de marzo.
El teniente coronel jefe de comunicación de la Comandancia General de Ceuta, Jesús Piqueras Pérez, explicó que recibieron las órdenes del Mando Componente Terrestre Nacional y la misión principal es la de presencia y vigilancia en las vías de comunicación de la ciudad.
Otras misiones
Además, esta operación ha dado lugar a otras misiones que la COMGECEU ha desarrollado en estos días como la desinfección de instalaciones tantos públicas como privadas, residencias de mayores, las instalaciones de la Policía Nacional, Guardia Civil y de la propia Comandancia, además de su intervención en el perímetro fronterizo apoyando a la Guardia Civil.
Otras misiones que han llevado a cabo, continuó el teniente coronel jefe de comunicación de la Comandancia, han sido el transporte de material para el Ingesa, la instalación de literas y reparto de mantas en el pabellón La Libertad y el polideportivo Santa Amelia, además de las 10 tiendas y 125 literas que han colocado en la explanada que servirá para acoger a menores de La Esperanza.
Pero la misión de este equipo era la de presencia y vigilancia de la ciudad. Con una sección se da cobertura prácticamente a toda Ceuta. Se trata de una misión que se viene desarrollando cada día desde las 10.00 horas hasta las 19.00 con dos patrullas que se relevan a las 15.00 horas y cuyo objetivo es “hacer cumplir” las medidas de seguridad decretadas en el estado de alarma.
El operativo comenzó a las dos de la tarde en el Cuartel General de la Comandancia General de Ceuta. Veinticinco efectivos, divididos en tres pelotones y repartidos en siete vehículos, que recorrieron varios itinerarios de la ciudad para colocarse en diversos puntos estratégicos con un objetivo: informar a los ciudadanos y velar por su seguridad.
El teniente jefe al cargo de la Sección en la Operación Balmis del Regimiento de Caballería, Alejandro Romaguera Meseguer, señaló que el propósito de esta misión es “hacerle entender a la gente por qué y para qué estamos aquí, que es por la ciudadanía para que entiendan el momento en el que estamos y que deben permanecer en sus casas hasta que pase dicha situación”.
No obstante, lo primero es la seguridad propia, por lo que los soldados se colocaron sus chalecos reflectantes y comenzaron a desinfectar minuciosamente los vehículos con una disolución de lejía y agua. Cada día desinfectan las puertas, el portón trasero, las manillas, el volante, la palanca de cambio, todo aquello que la sección saliente haya podido tocar. Lo primordial es también que nuestros hombres estén protegidos y evitar la propagación del COVID-19. Por ello, se ha reducido el número de efectivos que pueden ir en los coches a solo tres.
Nueva rutina de los militares
El día a día de nuestros soldados ha cambiado y mucho. Antes del estado de alarma se dedicaban fundamentalmente a las labores de instrucción y adiestramiento para misiones en el extranjero. Sin embargo, ahora solo una parte, la que podría terminar desplegándose próximamente en Irak, continúa con esa preparación. Para el resto, su rutina diaria ha cambiado y mucho.
“El día a día en el acuartelamiento comienza haciendo deporte y, a partir de ahí siempre tenemos un tiro, diferentes actividades programadas que ahora mismo no podemos desarrollar porque estamos dentro de la Operación Balmis”, prosiguió el teniente jefe al cargo de la Sección en el operativo.
En este punto, con todos los preparativos listos, tocaba recibir las órdenes del teniente al cargo de la Sección Balmis de la patrulla. Los jefes de los tres pelotones se reunieron con el teniente Alejandro Romaguera Meseguer, quien les comunicó el plan de trabajo, los itinerarios a recorrer y les dio algunas indicaciones.
Tras esto, llegó el momento de subir a los Santana Aníbal, el vehículo actual en servicio en las fuerzas armadas, y comenzó nuestro cometido.
Para ello, primeramente la comitiva militar se dirigió a la Comandancia General de Ceuta para tomar el relevo de la sección saliente y recibir las novedades para la entrante.
Ahora sí, nuestros hombres tras recibir las instrucciones del mando se dirigieron a sus puntos dentro de los itinerarios marcados en la misión. FaroTV acompañó al teniente al cargo, Alejandro Romaguera, para comprobar de primera mano cómo es el día a día de estos soldados. Su tarea es velar porque el operativo se desarrolle con éxito y con el menor número de incidentes posibles, así como el reconocimiento y presencia en los itinerarios marcados. El objetivo: estar presentes y vigilar los casi 20 kilómetros cuadrados de Ceuta y recorrer todos los perímetros puestos por la ciudad.
Labores de los soldados dentro de la ‘Operación Balmis’
Hay que dejar clara una cosa, aunque estos soldados ahora hacen las veces de agentes de la autoridad pertenecen al Ministerio de Defensa, no al del Interior, por lo que son las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado los que tienen que intervenir en caso de que surgiera algún inconveniente.
“Lo que no hacemos son detenciones, ni registros ni identificaciones, lo único que hacemos es aconsejar con la máxima cortesía posible a la ciudadanía para que colabore y respete las normas dentro del estado de alarma”, explicó Jesús Piqueras.
El primer itinerario fue desde la Comandancia hasta la carretera de Benitez, donde se produjo la primera parada.
No obstante, aunque no se imaginaban una misión así, nuestros soldados están preparados para estar al frente, en primera línea, pero en una batalla que es totalmente diferente.
“Desde el punto de vista militar es un misión fácil de cumplir porque si lo comparamos con un escenario como Afganistán, Líbano o Irak, son totalmente diferentes y nosotros nos solemos preparar para ese tipo de escenarios, no para este”, continuó Piqueras.
Sin embargo, el teniente jefe al cargo de la Sección en la Operación Balmis del Regimiento de Caballería, Alejandro Romaguera, explicó que como militares que son están “totalmente preparados para improvisar” y adaptarse a nuevas situaciones. “Incluso, si ahora ocurriera algo, rápidamente nos organizaríamos sin ningún problema para poder llevar a cabo esa nueva misión”. Por ello, estos soldados están en constante estado de alarma.
Más tarde, sobre las 3 y media de la tarde en el punto kilométrico 2,7 de la N-354 a la entrada de Benzú fue la segunda parada.
En esta misión “no hay bajas”
En esta batalla a la que se enfrentan nuestros militares hay un atisbo de luz. Al encontrarse en un campo de batalla diferente, y no estar pegando tiros y atacando al enemigo, no sufren bajas entre sus filas, salvo aquellos compañeros que jugándose el tipo y arriesgándose ante posibles contagios, hayan sido vencidos e interceptados por el COVID-19.
Pero, en todo caso, el teniente coronel Jesús Piqueras Pérez explicó que son “muy pocos” los casos de coronavirus que han tenido dentro del cuerpo en relación al gran número de personas que componen la Comandancia General de Ceuta, aunque por supuesto las prioridades del Ejército en todo momento es “preservar nuestras capacidades y la salud y seguridad de nuestros soldados”.
En este punto, desde la entrada de Benzú hasta el Recinto se hizo el recorrido desde dentro. En el Santana Aníbal, el vehículo en el que se desplazan nuestras fuerzas armadas ceutíes, nos adentramos en la misión.
Centrados en el operativo, desplegados por toda Ceuta, sin armas ni munición. El único arsenal que utilizaron y utilizarán en estos días son sus chalecos reflectantes, guantes y mascarillas. La misión estaba clara, todos sabían lo que tenían que hacer y todos los movimientos estaban perfectamente programados.
Se entrenan para el combate, para estar en primera línea de fuego, para mantener la calma y pensar con cabeza fría, para ser flexibles y capaces de adaptarse a cualquier situación y para obedecer órdenes. Esto podía verse incluso en la expresión de sus caras.
Sin incidentes
Llegaron las 5 de la tarde. El segundo itinerario se llevó a cabo desde las Murallas de la ciudad hasta el Monte Hacho, cubriendo todo lo que es el centro. La tercera parada fue en el Recinto, concretamente en el Complejo Deportivo Guillermo Molina.
Esta patrulla se desarrolló con total normalidad, sin apenas incidentes. Por lo que nos contaron nuestros compañeros de patrulla, parece que la población ceutí está respetando bien el confinamiento, “salvo algunos casos aislados”, indicó Alejandro Romaguera.
A la cuarta parada llegamos a pie desde el Polideportivo Guillermo Molina hasta la Barriada el Sarchal. Todo seguía tranquilo, sin incidentes.
Los militares también son humanos a los que a veces al llegar a casa les cuesta desconectar de esta situación. Muchos ni siquiera son de Ceuta. Este es el caso del cabo Mario Mendoza, perteneciente al Regimiento Montesa Número 3, un cacereño que lleva destinado en nuestra ciudad doce años y que nos acompañó en este reportaje voluntariamente, aunque reconoció que este es un combate muy diferente.
“Todo combate que no tiene un enemigo que se le ponga cara es difícil y también estamos con el miedo de exponernos y tal, pero es para lo que estamos aquí y siempre que haga falta”, comentó el cabo Mario Mendoza, tras lo que reconoció que para “aunque el sentimiento lo lleve uno por dentro, el trabajo es lo primero a día de hoy y más en este caso”.
Precauciones al llegar a casa
Conciliar la vida laboral y la personal a veces no es fácil. Pero, para Mario no es tan difícil porque aunque su mujer también es militar, puede quedarse en casa, por lo que ella está “en segunda línea de batalla” cuidando de sus tres hijos de 19, 7 y 2 años. Al llegar a casa toda protección es poca, por lo que se quita la ropa en el garaje y “toda la ropa del trabajo se queda allí, que no baja nadie de mi familia y va directamente a la lavadora”. Además, con una toalla rociada con lejía desinfecta también los zapatos
Sin embargo, el sargento Carlos Pineda, también del Regimiento Montesa, lleva menos tiempo en Ceuta. Hace cerca de un año y medio se mudó desde Sevilla para cumplir con su deber, aunque se siente muy orgulloso de poder participar en esta misión “con la mayor eficacia” y de estar al servicio de la ciudadanía.
Al igual que sus compañeros también toma algunas precauciones al llegar a casa. Lo primero que hace es descalzarse y quitarse toda la ropa y directamente “echarla a lavar”.
El sargento Carlos Pineda coincide en que los ceutíes están cumpliendo “con ejemplaridad” las medidas impuestas por el Gobierno en relación al confinamiento.
Comenzamos el tercer recorrido sobre las seis de la tarde: desde las Murallas del centro hasta Caballería, donde realizamos la cuarta parada en la zona portuaria.
Allí, hablamos con el sargento primero Mohamed Boukhizzou Al-lal. Aunque es de Melilla, lleva en nuestra ciudad desde mayo de 2015. Casado y con tres hijos, aunque su familia está en la ciudad hermana, Melilla. Por lo que se le hace duro. No obstante, aunque ha participado en otras misiones, esta especialmente le llena de orgullo.
Su compañera de turno, la soldado Leonor Tamayo, que nació en Barbate aunque después de siete años en Ceuta ya se siente caballa, compartió la misma sensación de servicio a la nación, que “es para lo que estamos”.
En los últimos tiempos son muchas las voces, incluso de partidos políticos, que se han manifestado contra el Ejército pidiendo su supresión. Pero parece que ahora esas críticas han cesado, o por lo menos, se han silenciado. Estamos todos a una y en estos días la labor de nuestras Fuerzas Armadas está siendo fundamental, lo que demuestra que su continuidad es imprescindible y más que necesaria.
Hasta que todo vuelva a la normalidad y se recupere la cotidianidad, nuestros militares continuarán cada mañana con este operativo. Los ciudadanos debemos también seguir con nuestra misión: respetar el confinamiento, salir solo en los casos que el Gobierno ha permitido y con todas las precauciones que el Ministerio de Sanidad indica. Mañana también la ciudadanía debe continuar con su tarea y volveremos a salir a nuestros balcones para aplaudir desde casa a todos los que están dando la cara por nosotros.
Muchos policías militares pero la calle sigue llena de gente que pasan de todo si no pasaros por la plazoleta de Miramar bajo que salen a fumar porro a habar entre ellos. Y digo yo donde está la policía. La policía nama principales y del coche no se bajan. Lo que deben de hacer es cumplí la cuarentena para todo el mundo y entrar a pies por plazoleta y portones.
Mi felicitación y aplausos a la labor del ejército
Pero en cuanto al tema de los controles después de tantos días no es cuestión de avisar o informar más bien de denuncias por lo que esos dispositivos a mi entender deberían ser conjuntos con policía o guardia civil