"Una fina capa de nieve cubrió en la noche de ayer García Aldave y las zonas altas de la ciudad, que se vio sorprendida en todo su perímetro urbano por un fenómeno atmosférico totalmente inusual". Así comenzaba su crónica Manuel Sánchez de Nogués en El Faro de Ceuta en la que narraba una de las nevadas más recordadas.
Corría el año 1993 y el calendario marcaba esa fecha, el 1 de marzo, para la historia como uno de los momentos más especiales para muchos pequeños que ese día faltaron al colegio para poder disfrutar de la nieve. "El mirador de Isabel II se convirtió en un punto de reunión excepcional para disfrutar de un fenómeno atmosférico que para los ceutíes se convirtió en un verdadero espectáculo", narraba el periodista.
Contaba que los primeros copos de nieve se mezclaron con la lluvia "pasadas las nueve de la noche" y que esta nevada fue a consecuencia de un brusco descenso de las temperaturas. "La bajada de las temperaturas se empezó a sentir, (...) a las dos menos cuarto de la tarde (...) se registraban siete grados", contaba al tiempo que recordaba que, por la mañana, "el termómetro marcó 3,4 grados".
Una ola de frío polar parecida a la que estos días está dejando en España temperaturas mínimas históricas, provincias en riesgo por bajas temperaturas y la llegada de nevadas en varios puntos del país. Pero no, a pesar de este temporal de frío, según las predicciones de la Aemet, en esta ocasión no va a nevar en Ceuta, ni tampoco en Marruecos.
Rápidamente, el sueño de los ceutíes se esfumó. "Se derritió cuando la nieve se convirtió en lluvia dos horas más tarde". Sin embargo, explicaba que los aledaños a García Aldave se convirtieron en "el lugar más transitado de la ciudad" ya muchos ceutíes iban hasta allí para contemplarla "en algunas ocasiones por primera vez". "Ninguna de las personas consultadas por este periódico recuerda haber visto caer copos de nieve en el perímetro urbano de la ciudad", concluía.