El Ministerio de Cultura ha sacado este viernes a concurso (por fin) por 16,5 millones de euros sin impuestos las obras de construcción del futuro Centro Integrado del Brull. Su adjudicación todavía está muy lejos y el comienzo de los trabajos también. En el mejor de los casos no arrancarán hasta mediados de 2023. Con un plazo de ejecución de tres años, en el horizonte más optimista el equipamiento escolar podría entrar en funcionamiento en el año académico 2026-2027.
El centro contará con media docena de grupos de Infantil, el doble de Primaria, 16 de Secundaria y seis de Bachillerato. Cuando opere a pleno rendimiento contará con alrededor de cien maestros y profesores y un millar de estudiantes.
Los autores del proyecto, Ángel Verdasco y María Teresa González, han propuesto, “conscientes del funcionamiento de obras en lugares como Ceuta”, una sencillez constructiva “que garantice un fácil suministro en obra” para un edificio “con soluciones que garanticen un bajo mantenimiento, alta durabilidad, seguridad y fácil utilización”, así como “de poco gasto energético y por tanto poco coste económico”.
La intervención busca acomodar el programa en un edificio que responda a las necesidades de la ciudad y además sea sensible con su entorno, y con las peculiaridades del solar.
El desnivel de la parcela, de 11.002 metros cuadrados de superficie, se ha aprovechado para generar accesos independientes y “jerarquizar” los usos. Así, las dos plantas inferiores albergarán infantil y primaria, y en las dos superiores se ubicarán ESO y Bachillerato. Las dependencias comunes se ubican ligadas a uno u otro acceso.
El volumen de edificio se caracteriza principalmente por el aulario de ESO y Bachillerato. Esta es una pieza de dos plantas que vuela a modo de edificio puente sobre los restos arqueológicos situados más al sur del terreno. Los restos de trazados urbanos medievales quedarán “protegidos y cubiertos para evitar su erosión y garantizar un correcto drenaje”.
Los cuerpos de Infantil y Primaria y el del gimnasio servirán como apoyos de ese puente de aluminio y vidrio que servirá también espacio exterior cubierto de recreo. Con la solución adoptada se podrá contar tanto con “un gran área de recreo a norte” como con otra a sur “pudiendo usarse dependiendo de la época del año o bien asignar uno preferente para Primaria y otro para Bachiller”.
La solución apuesta por mantener los accesos desde la plazoleta a los espacios de Primaria e Infantil “restaurando y poniendo en valor la Portada Militar”. Detrás se colocará un porche cubierto que centralizará los accesos y la conserjería con el Salón actos anexo como espacio abierto al entorno.