Desenterrar o analizar a través de la tecnología la historia escondida bajo los cimientos de Ceuta. Es el propósito y la labor de los distintos arqueólogos que tocan la tierra y las piedras ocultas de la ciudad. El afán por dar a conocer al público estos tesoros ha llevado al desarrollo de un ciclo sobre los hallazgos localizados en el baluarte de la Coraza.
Este lunes se han iniciado esas dos jornadas, en las que colabora la Universidad de Cádiz y el Gobierno local. La Biblioteca Adolfo Suárez se ha convertido en el espacio idóneo para transmitir los puntos clave de las tareas de investigación.
Los ponentes tienen por meta enseñar a los asistentes los métodos utilizados para indagar en los vestigios sacados a la luz. La actividad de esta jornada se ha compuesto de dos charlas. La primera ha versado sobre las técnicas digitales para la documentación gráfica empleadas en este proyecto y la segunda sobre arqueología no invasiva.
Visita guiada
Una vez finalizadas las dos intervenciones de José Juan Díaz, profesor de la UCA y Félix Teichner, catedrático de la Universidad de Marburgo, los presentes han tenido la oportunidad de debatir en torno los aspectos expuestos por los dos expertos en la materia.
“Se traen las novedades que se han implementado en las funciones de estos años y también cómo se trabaja. Empecé con un lápiz y una cuadrícula haciendo dibujos. Ahora tengo a mi disposición un dron o el levantamiento de nube de puntos que es insospechado de la precisión que posee”, ha especificado Fernando Villada, arqueólogo municipal.
La cuestión abordada por Félix es “importante” a su juicio ya que permite realizar el paso a paso de un modo más efectivo. “Cualquier excavación es la destrucción controlada de un yacimiento. Es por ello por lo que es relevante albergar el estudio con otras vías que permitan conocer lo que hay sin necesidad de escarbar”, ha remarcado.
Un foso del medievo
El broche de oro final al evento es una visita guiada al propio corazón de los hallazgos. Los ceutíes podrán este martes pasar por las profundidades del baluarte de la Coraza para conocer de cerca los progresos de los análisis y labores realizadas hasta la fecha.
Son varios los datos que se han obtenido gracias a este desempeño en su espacio. Los más relevantes son los distintos restos encontrados de épocas pasadas, en especial, la base del foso que precedió al actual.
Ya había una serie de conjeturas acerca del mismo previo al descubrimiento. Acorde con un escrito, se hablaba de su presencia en el medievo. Era por aquel entonces una estructura seca que hubo de ser modificada en la etapa portuguesa para defender a la población de los continuos ataques que sufría. Fue en ese momento cuando entraron en escena los arquitectos italianos que diseñaron la edificación del presente.
Dar con la forma del pilar de esta fortificación verifica que no era una simple habladuría o la confusión de un antepasado. Esta existió. “Hemos apreciado lo que es el propio suelo del baluarte. Estaba por debajo del suelo que pisábamos. Se han detectado también elementos relacionados con su ocupación hasta nuestros días. Había proyectiles y otros objetos de la vida cotidiana”, ha explicado.
Ha sido “difícil” para él resumir todo lo que han atestiguado sus ojos. “Son cosas que nos hablan del día a día a la gente, de que a Ceuta llegaban ciertos productos y de que estábamos dentro de determinadas rutas comerciales. Al hablar a la prensa tratamos de enfatizar lo más llamativo, lo que se dice un poco el clickbate. Sin embargo, esa parte es fundamental. Para nosotros tienen el mismo tratamiento esos pequeños detalles”, ha comentado.
Ni el 20%
Sabe a ciencia cierta que cuando se jubile no habrá desvelado ni el 20% de todo lo que aguarda bajo las Murallas Reales. “Son el paraíso para la arqueología. Llevo aquí desde 2002”, ha destacado. “Aunque tuviera otra vida, no llegaría a ni ver alcanzar este porcentaje de lo que son en sí”, ha manifestado.
“No son algo de cartón piedra. Fueron reales. Hubo ahí personas que vivieron, murieron e hicieron su vida en ellas. Cada una dejó su impronta”, ha subrayado.
Las conferencias también sirven para acercar a la gente de a pie la realidad de esta profesión que, en muchas ocasiones, es confundida con la localización de objetos. “No buscamos piezas antiguas. Es una idea muy falsa. No se trata de ir a por cacharros. Consiste en obtener información y esta no viene en sí de esos elementos. Procede también del contexto en los que están enmarcados”, ha recalcado.