Esta semana se ha conocido el nombramiento del nuevo Papa de la Iglesia Católica. Se trata de Francis Prevost, León XIV, un sacerdote de origen latinoamericano, cuya elección ha generado una gran expectativa en todo el mundo católico. Este nuevo pontífice, conocido por su cálida cercanía con las personas y su impulso hacia una Iglesia más inclusiva y renovada, ha prometido centrarse en temas como la justicia social, el diálogo interreligioso y la atención a los marginados. Su nombramiento marca el inicio de una nueva etapa llena de retos y esperanzas para los fieles católicos.
Pero también hemos conocido los datos de empleo y desempleo en nuestro país, de los que hay que resaltar que el efecto de la semana santa impulsa al empleo a un nuevo máximo de 21,6 millones de afiliaciones. La afiliación media a la Seguridad Social sube en 230 mil personas (487 mil más que hace un año). El empleo de las mujeres sigue creciendo (un 46,4% del total).
También la calidad y la composición del empleo siguen su senda positiva. Aumenta el empleo indefinido a jornada completa en un 3,5% y a jornada parcial en un 4%, descendiendo las afiliaciones con contrato temporal. La mitad de la creación mensual de empleo en abril se concentra en la hostelería, aunque en términos interanuales el avance del empleo viene impulsado por el transporte y almacenamiento, actividades artísticas y de ocio, educación y actividades profesionales, científicas y técnicas.
Respecto a la cifra de desempleados inscritos, alcanzó los 2,5 millones, que supone una caída de 67 mil personas, y situarse en la cifra más baja en un mes de abril desde 2008. Esto supone que hay 153 mil personas en paro menos que hace un año. No obstante, la mayoría de los parados son mujeres (un 60%). El informe de Coyuntura Laboral de abril de 2025 del primer sindicato del país, Comisiones Obreras, detalla esta situación, danto una serie de claves que es interesante analizar.
Como ya decíamos, aún estamos en plena incertidumbre por los efectos de la guerra arancelaria desatada por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Pese a ello, aún no se han dado por nulas del todo las predicciones que hizo la OCDE para España, situándolas en un 3% para 2024 y en un 2,3% para 2025, cifras muy por encima de lo calculado por el Gobierno y cuatro veces superiores a la media de la eurozona.
Pese al apagón eléctrico del pasado lunes y de que la derecha y la extrema derecha españolas se han echado al monte, nuevamente, rechazando las medidas aprobadas por la mayoría del parlamento para hacer frente a los efectos negativos de los aranceles de Trump, España va bien. Y el mundo parece que también, después de la acertada elección de un Papa sensible a los problemas de la clase trabajadora.
A ver qué ocurre cuando sepamos a ciencia cierta cuales fueron las causas del corte de suministro eléctrico de la pasada semana. Pero quizás algunos van a tener que dar muchas explicaciones.
No hay explicación mundanal para el apagón, solo añadir que fue un castigo divino o celestial como causa a nuestros pecados, y una redención justa a nuestra total ignorancia e insensibilidad al dolor de millones de gazatíes musulmanes y cristianos 😉
Por otro lado, el diálogo interreligioso que Vd ha mencionado como uno los retos del nuevo Pontífice, genera ciertas dudas en lo que respecta a continuidad versus transición al legado del Papa Francisco.
Continuando en su línea sindicalista en defensa de todos los trabajadores, debería tener en cuenta en sus estadísticas sociales, el aumento considerable de agresiones verbales de tinte racista en las redes sociales y en otros escenarios y odio generalizado hacia la comunidad magrebí en España, y en general, un crecimiento significativo de la Islamofobia en este país, según se cita en el informe ‘INFRA-D II: publicado por Accem, en el que " el 93% de la población magrebí en España no denuncia los incidentes padecidos de discriminación", lo que debe aumentar su sensibilidad como sindicalista en la lucha contra estas "epidemias" como bien señala la ONU, solicitando medidas educativas, sociales,..que protejan a esta comunidad, y especialmente a la mujer magrebí ( marroquí, argelina...) en esa doble discriminación: de género e identidad cultural y religiosa a la hora de acceder en igualdad de condiciones con respecto al resto de mujeres nacionales o extranjeras al mercado laboral español.
No sé si debemos esperar un milagro de los sindicatos o el trabajo responsable de todos los actores implicados en el desarrollo sostenible de España, que debe pasar, ante todo, por la erradicación de las corrientes ultraderechistas que abogan por una Europa monocolor y católica, lo que me hace temer de las dificultades del nuevo Pontífice cuando encare la cartera del diálogo interreligioso, y de otros problemas geopolíticos de envergadura, como el genocidio en Gaza o la ocupación de Rusia en territorio ucraniano o la cruzada contra los inmigrantes en EE.UU.
Y sería "un nuevo máximo histórico" que todo esto ocurriera, y si llegara a serlo, podría ser fruto de la Divina Providencia y no de los agentes sociales y políticos.
Un saludo.