Ciudad y Delegación del Gobierno se reunirán de nuevo este sábado para evaluar la evolución de la pandemia, toda vez que ya hemos superado los 350 contagios y cada vez es mayor el número de personas ingresadas en el HUCE y, ojo, también más jóvenes. Del encuentro oficial que tendrá lugar hoy, enmarcado en el más que previsible dictamen de un estado de alarma, se deben derivar medidas mucho más contundentes, medidas cuya ejecución sea controlada y medidas que, en definitiva, ayuden a frenar una oleada que ya es mucho más grave y dañina que la sufrida en marzo. Aquí lo prioritario es la salud. Las autoridades deben tener claro que todas las acciones que emprendan tienen que estar orientadas a salvar vidas, a rebajar los contagios. Alcanzado esto se conseguirá que la economía se mantenga y los negocios puedan continuar con su ritmo. Lo que ya no se puede permitir esta ciudad es un juego de medias tintas, de posturas endebles, de debates y diálogos. No, ya no estamos para este plan, estamos para reconducir la situación y si para ello se tienen que cortar las actuales vías de contagio habrá que hacerlo sin aceptar medias tintas y, ni mucho menos, chantajes de tres al cuarto de quienes parece que anteponen sus feudos particulares a la vida de las personas. Es demasiado lo que se ha permitido, son abundantes las imágenes bochornosas de descontrol que han dado pie a lo que hoy tenemos, al incremento de casos que son producto de la sinrazón humana y de la endeble reacción de las autoridades.