Quizás la suya no fue una historia de inmigración al uso. Aunque guarda ciertas distancias con las vivencias de otros muchos que, a lo largo de las últimas décadas, han cruzado la frontera del Tarajal entre Ceuta y Marruecos, la de Nadir Saidi también tiene varios puntos en común con ellas. En especial dos: salió de Argelia, su país, porque anhelaba una vida mejor, con mayor seguridad laboral, económica y familiar de cara al futuro y, como todos, tuvo que empezar desde abajo. Desde su voluntariado en Cruz Blanca y otras instituciones solidarias de Ceuta, a la recogida de pimientos de Almería, los andamios y la fábrica de la Volkswagen en Pamplona y, ya progresando, una empresa donde ejercía de intérprete entre Argelia y España. Ahora, 18 años después, como si se tratara de una especia de ‘mayoría de edad’, la vida le sonríe quizás más incluso de lo que nunca pudo llegar a soñar.
‘Nadir Saidi, del CETI al éxito en el lujo’, titulaba hace unos días un artículo de la prestigiosa revista Forbes en su edición online. “Conoció la miseria, luchó contra ella y hoy es un exitoso hombre de negocios que cumple los sueños automovilí́sticos de la ‘jet set’ marbellí. Ahora inicia una nueva etapa con ‘Madness Cars”, continúa en el subtítulo.
“Cuando salí de Argelia no lo hice tanto por un tema económico. Luego me gustó España”
Ni más ni menos. Este argelino que, como otros muchos, pasó meses en el Centro de Internamiento Temporal (CETI) de Ceuta entre el 2004 y 2005 es hoy propietario de varias empresas de coches de alquiler de lujo en la capital malagueña. “Manejo más de 180 coches de alta gama, aunque no todos son propiedad de la empresa, en propiedad tenemos unos 50, los demás los tenemos bajo diferentes modalidades”, explica en conversación con El Faro. Habla desde Turquía. Como tiene clientes de alto nivel adquisitivo y negocios en expansión, hace unos tres o cuatro viajes internacionales cada mes.
“El coche más barato que alquilamos sale por 250 euros al día y el más caro por 3.400 euros al día, pero dejando 30.000 euros de depósito. Como imaginarás quienes pueden permitirse algo así son clientes exclusivos de países como Arabia Saudí, Qatar, Dubai, Estados Unidos…”, enumera. Y es que el mundo del motor siempre le atrajo y le gustó. De hecho, su mente no deja de pensar innovaciones y ahora está inmerso en ofrecer una furgoneta única completamente equipada con una televisión de 40 pulgadas, minibar, cafetera… e incluso puede alquilarse con chofer.
Ceuta en el corazón
Aunque la vida le sonríe (de hecho, lograr hacer su primer negocio, con el que ganó más de un millón, fue un golpe de suerte que surgió al conocer a una persona clave en un avión), Saidi tiene muy presente todo el camino que ha recorrido antes. Suele volver a Ceuta y, sin mucho ruido, aporta su granito de arena para obras benéficas de la ciudad. En su ruta, Ceuta era un punto clave. Aquí se gestó gran parte de su futuro.
“Cuando salí de Argelia no lo hice tanto por un tema económico, porque allí estaba trabajando comprando ropa en Turquía para venderla en Argelia”, explica. Le iba bien, pero tenía familia en Francia y llegar ahí era el objetivo.
“Luego me gustó España y opté por quedarme”, comenta. Tuvo que intentarlo hasta en dos ocasiones. Tras su primera entrada por el Tarajal, previo pago de 3.500 euros, fue deportado desde Alicante a Argel. Pero tenía claro su objetivo, y en apenas una semana (porque tenía el dinero necesario), regresó. En la segunda el precio fue mayor: 5.000 euros para pisar suelo ceutí. Y hablamos del año 2004.
“Estuve en Ceuta unos nueve meses y me enfoqué a demostrarle a la Policía que mis intenciones eran las mejores, que no me iba a dedicar a robar, solo quería trabajar dignamente”, recuerda, “creo que al final me consideraron buena gente y me ayudaron porque iba cumpliendo todos los requisitos que pedían”. Incluso demostraba solvencia económica gracias a los envíos que recibía de sus familiares en Francia. “Gracias a Dios nunca he tenido que robar ni una lata de atún”, agradece.
“Estuve en Ceuta unos 9 meses y me enfoqué en demostrar que tenía las mejores intenciones”
En estos años también ha tenido tiempo de regresar a Argelia, donde vivió entre 2013 y 2016 justo después de aquel viaje en avión que le permitió dar el gran impulso empresarial a su vida. “Con ese primer dinero empecé a comprar coches de afuera para llevarlos a Argelia, incluso viví allí unos años trabajando con el anterior gobierno, pero al final opté por venir de nuevo a España y establecerme definitivamente aquí”, detalla.
La decisión la tomó en 2017, comprando tres coches que iba pagando poco a poco. En 2018 comenzó a comprar automóviles de Alemania y todo empezó a despegar. “El 2019 nos fue muy bien, 2020 bajó un poco por el tema del coronavirus, pero luego 2021 a pesar de las restricciones fue el mejor año de todos, de hecho, los precios se han duplicado”, relata. Por el momento, este 2022 promete ser también un buen año.
La historia que demuestra que los sueños, si se persiguen sin descanso, se cumplen.
¡Enhorabuena al Sr. Saidi! Si hubiese muchos como el los españoles tendriamos quiza una opinion diferente de la inmigracion. Lamentablemente su caso es uno entre un millon.
Lo tuyo se llama “aporofobia” nada tiene que ver con la inmigración,nadie te ha pedido la opinión sobre la inmigración,eso es lo q te han hecho creer los de tu gremio,la inmigración existe desde que el mundo es mundo,tu ignorancia sobre el tema,desde hace unos años(pocos relativamente)
Os creéis los dueños de unas tierras que viven de explotar a Africa.
Paletos!