La trompeta y el piano han dado inicio al concierto. No ha sido una actuación cualquiera. Los alumnos del conservatorio Ángel García Ruiz de Ceuta han puesto a prueba todos sus conocimientos en escena para tratar de hacerse con el XVI concurso María Jesús Bravo.
Todos los estudiantes del conservatorio, incluidos los que recientemente se han graduado, han tomado parte de este evento de larga trayectoria. Los que se han alzado con el podio en las enseñanzas elementales han sido, por orden, Víctor Díaz, Borja Isaac Puya y Alba de Miguel.
La primera en superar la competición en el ciclo profesional ha sido Mercedes Gómez. La han seguido Inés Otaola y Jorge Mena. Antes de anunciar a los vencedores, se ha concedido un certificado a todos los aspirantes.
El certamen, en honor a la difunta profesora que le da el nombre, se presenta como una oportunidad para incentivar a los matriculados. Al fin y al cabo, la música está para compartirla con el público, no solo para que quede encerrada en las paredes de un aula.
Divididos por dos ciclos, el dedicado a los que se inician y a los que se encuentran en un nivel avanzando, se han sucedido distintas piezas sobre las tablas del Teatro Auditorio Revellín en este jueves caluroso. Bajo un foco que solo se ha posado sobre ellos, los intérpretes han expresado a través de sus manos todo lo que han aprendido en este curso que llega a su fin.
Selección previa
A diferencia de otros eventos, este se ha ceñido al género clásico. El piano, el violonchelo, la guitarra, el violín, la trompeta y otros instrumentos han cobrado vida gracias a estos aplicados alumnos apasionados por este arte.
Gran parte de los aspirantes han estado acompañados por sus docentes al piano, que les han ayudado a marcar el ritmo de base para hilvanar las notas. Tonos alegres y otros nostálgicos se han intercalado en esta fiesta de la música en homenaje a una profesora que dejó una huella patente en el centro.
Los estudiantes no lo han tenido fácil para llegar hasta aquí. Antes han tenido que pasar por un proceso de selección. "Se ha hecho una criba antes. Se eligen a unos y otros de los dos ciclos", ha destacado Susana Huertas, docente del conservatorio.
Los escogidos para la ocasión han aprovechado la oportunidad para tratar de dar lo mejor de sí mismos. Los han arropado desde las butacas sus familiares, que bien conscientes han sido de la importancia que tiene esta jornada para ellos.
Clausura del curso
El concurso ha sido el paso final de clausura del curso. Cada instrumento ha tenido su voz propia. Más alegre, más sonorosa o grave o más melancólica, como lo es la del violín, han regalado un concierto para los sentidos y para el deleite de los asistentes, que en todo momento han permanecido atentos. Respetuosos, han sabido estar en su lugar y alentar a los músicos con casa aplauso al finalizar una a una las intervenciones.
La elección no ha sido fácil para el jurado, que ha estado compuesto por el presidente de la asociación Amigos de la Música, Carlos Romero; el concursante de la Edición de OT de 2020 Gerard Rodríguez y el músico local Diego Villatoro. Todos los aspirantes han demostrado tener grandes dotes y destreza en esta práctica en directo en la que se han movido como pez en el agua sin inconveniente alguno.
"Podemos sentirnos muy orgullosos de los alumnos que tenemos", ha trasladado Javier Bernal, director del centro minutos antes de conocer a los ganadores. "Tenemos un nivel competitivo. La prueba está en los estudiantes que se presentan a exámenes de acceso superior en diferentes puntos de la península".
El broche de oro ha sido la amena melodía de un grupo de jazz de nueva creación. Impulsado por el profesor Rafael Esquivel, se trata de un nutrido grupo con vocalista incluida. Mientras han actuado y han ofrecido su música al público, los responsables de determinar a los premiados, han deliberado sus opciones finales.
Antes del esperado concurso, el centro ha sido testigo de otra ceremonia para el recuerdo. Quince de sus matriculados este miércoles finalizaron su paso por la academia. Han dejado este lugar, pero se lo llevan en sus recuerdos.