Marruecos ha comenzado la semana con una triste noticia. Dos obreros marroquíes han fallecido ahogados y asfixiados cuando realizaban obras en un pozo de desagüe en la localidad de Mediuna, capital de la región de Casablanca-Settat.
Dos muertes que pasarán a engrosar las cifras de siniestralidad laboral en el reino alauita.
Tal y como informaron las autoridades y medios locales, el triste suceso sucedió durante la jornada dominical en esta población, situada a unos 90 kilómetros al sur de la capital del país.
Los dos trabajadores eran jóvenes, tenían 20 y 48 años respectivamente. Cuando tuvo lugar el fatídico desenlace se encontraban inmersos en el progreso de las obras de saneamiento en un pozo de desagüe.
Desarrollaban sus labores en una parcela en el municipio de Sidi Hajjaj Oued Hasar cuando ocurrió el accidente, según explicaron las mismas fuentes.
Todo apunta a que la zanja se inundó y los empleados no fueron capaces de salir.
Una vez alertados, las autoridades locales y los efectivos de la Gendarmería Real y Protección Civil se desplazaron al lugar para tomar las medidas necesarias y llevaron los cuerpos a la morgue Rahma de Casablanca.
Por su parte, las autoridades han abierto una investigación bajo la supervisión de la fiscalía competente para esclarecer las circunstancias en las que ha sucedido este lamentable incidente.
Accidentes laborales fatales
El país todavía recuerda uno de sus peores accidentes laborales que costó en 2021 la vida a 25 obreros, en su mayoría mujeres, que trabajaban en un taller de confección clandestino situado en un sótano de la ciudad de Tánger (norte del país).
La hipótesis más respaldada es que los obreros resultaron electrocutados por una vía de agua que entró en el taller, situado en el subsuelo de un barrio residencial, donde la tromba de agua creó un cortocircuito que fulminó a los trabajadores.