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La Feria del Libro despidió una semana que ha estado caracterizada por cierto sabor amargo. Con una organización que ha frustrado un suculento programa, solo el público infantil ha salido beneficiado y cerró ayer la fiesta con ‘Garbancito en la barriga del buey’
Mucho evento, mala organización, podría ser la conclusión de los siete días en los que se ha extendido esta edición de la Feria del Libro. Hace años se demandaban más actividades, que esta fiesta de las letras tuviera ‘más vida’ y así atrajese a ese grueso poblacional que tan ajeno queda de la misma. Pero como con tantas actividades puestas en marcha por la consejería esta no iba a ser menos, y la pésima organización tanto a nivel de infraestructuras como en la programación de los actos ha eclipsado una edición que parecía prometer.
Aunque con más eventos, atractivas actividades e incluso visitas de conocidos escritores, la afluencia de personas que se han dejado caer estos días por la Plaza de los Reyes no ha sufrido una gran variación con respecto a ediciones previas; dependiendo de las horas, ha podido ser o media o más bien escasa. También es cierto que los encuentros de autor en la Biblioteca y, en concreto, con los escritores Luis García Montero y Benjamín Prado, fueron todo un éxito e incluso hubo personas que no pudieron acceder a la sala. Uno de los pocos aspectos positivos que deja la semana y, que sin embargo, lleva a plantear la cuestión de dónde se situaba realmente la Feria. ¿En la Biblioteca o la Plaza de los Reyes? Ya que las visitas programadas para sendos escritores a la plaza fueron más bien efímeras y poco frecuentadas por los lectores.
Quejas y más quejas se escuchaban de la programación de eventos en el mismo horario en un minúsculo espacio como es la Plaza de los Reyes. El retraso o adelanto de actividades sin previo aviso, o la solapación de actos en lugares diferentes y distantes.
El público infantil
Ya se anunciaba en la presentación de la Feria, ellos iban a ser los protagonistas, es el público que interesa, es el futuro, y así ha sido. El público infantil es el único que pocas quejas puede emitir sobre la Feria. Las actividades ha sido principalmente para ellos. Actos y eventos variados, con los que han podido experimentar las diferentes sensaciones del mundo de la literatura y han comenzado a hacer sus ‘pinitos’ como futuros lectores, esperemos que así sea.
Ayer ellos fueron los encargados de clausurar la semana, aunque como espectadores, pero niños de todas las edades llenaron la Plaza de los Reyes esperando disfrutar de uno de sus personajes favoritos, ‘garbancito’. ‘La Gotera de Lazotea’ presentó su función galardonada con el ‘Premio Mejor Espectáculo de Títeres FETEN 2017’. ‘Garbancito en la barriga del buey’ contó la historia de ese niño tan pequeño que cabía en la palma de la mano, y que dejó a pequeños y mayores expectantes durante el transcurso de la historia.
Este fue el final con cierto sabor dulce, después de observar el lleno de la plaza por el público infantil, de una Feria que llegó, transcurrió y se ha ido, siendo inexistente para una parte importante de la ciudad.