En enero de 2023 un joven de solo 20 años, natural de Guinea Conakry y llamado Moussa terminó con su vida colgada de un árbol frente al CETI. Se le había expulsado del centro y en plena ola de frío arrastraba sus problemas que, en cualquier otra situación personal, sí habrían tenido una solución.
No para Moussa. Él era uno de esos chicos que vienen a Ceuta tras saltar una valla y terminan etiquetados, porque cuando se habla de un inmigrante siempre se le tiene que colocar una etiqueta. Es una forma social de justificar todo lo que pueda pasar, es como una excusa que oculta la cobardía con la que, de forma general, tratamos estos asuntos.
Así, con la muerte de Moussa se buscaron rápidamente etiquetas. Estaba en la calle… por algo; si llegó al extremo sería por… Justificaciones absurdas que evitaron una investigación a fondo, que negaron petición de responsabilidades y que hicieron perderse en el olvido quejas como la presentada ante el Defensor del Pueblo de la que nada se sabe.
Moussa tenía solo 20 años, pero se le buscaron miles de justificaciones para avalar que estuviera en la calle, para fundamentar que no podía entrar en el CETI, para casi culparle a él de todo.
De la historia trágica de Moussa se acordó este miércoles la APDHA en un informe con el que denuncia la situación de la Frontera Sur. Quizá haya servido para recordar aquel enero de 2023 cuando un joven terminó colgándose de un árbol después de haber hecho lo más difícil, escapar de su tierra y saltar una valla.
Las instituciones son muy cobardes, siempre lo han sido. Optaron por no investigar, dejaron que el tema se olvidara y lo consiguieron. Es la forma de funcionar de un sistema que primero pinta de malo al débil, después ofrece las excusas justas para explicar ante la opinión pública lo ocurrido y por último agacha la cabeza confiando en que pase la tempestad.
En mes y medio se celebrará el Día de África, entonces habrá actos, habrá manifiestos, habrá mensajes… pero ninguno recordará a Moussa y a los fallos nunca investigados que le llevaron a colgarse de un árbol.