El director del cineclub de Ceuta ‘El cine por delante’, Rafael Morata, prevé enviar esta semana a los responsables de la Biblioteca Pública su propuesta para la sexta temporada de una iniciativa que echó a andar en octubre de 2018 con ‘Él’, de Luis Buñuel.
Después de proyectar cada mes (salvo el paréntesis de marzo de 2020 a 2021 forzado por la pandemia) una película “siempre alejada de los círculos comerciales y en rigurosa versión original subtitulada”, tras el periodo estival piensa apostar por un menú con “obras de cine mudo, más cine español clásico de calidad, cine asiático como alguna joya hindú, rarezas varias y, en definitiva, en blanco y negro o en color, largometrajes que hagan justicia a la séptima de las artes”.
“Como siempre, lo más importante, vengan cinco o se llene la sala, es que el público se vaya contento, agradecido, impresionado, afirmando un habitual ‘no tengo palabras’ o extrañado ante lo visto pero, a la vez, fascinado e interrogándose por aquello que durante cerca de dos horas se le ha proyectado en una pantalla que fue, como el sistema de sonido, cambiada, mejorada y adaptada al aspect-ratio de las películas”, resume el cinéfilo.
Morata avanza que “en la temporada 2023-2024 me gustaría proyectar a lo largo de una semana o dos el famoso ‘Decálogo’ de Krzysztof Kieslowski a razón de dos por día; las obras más desconocidas de grandes directores como Elia Kazan; y cubrir ausencias injustificables como las de Pier Paolo Pasolini, Louis Malle, Stanley Kubrick, Losey o Almodóvar”.
“Aunque siempre tengo alguna idea prefijada, cualquier excusa o necesidad personal imperiosa me obliga a cambiar la obra o director escogido bajo mi criterio personal, tendente al cine social, artificioso, melodramático, eminentemente autoral y en las antípodas de un didactismo que conduzca al público donde quiera llevarlo un director”, advierte Morata, firme defensor de que “el cine es para pensarlo, no para que te haga pensar necesariamente porque un director como mi odiado Ken Loach te lleve de la mano exactamente donde él quiere, privándote de la libertad para interpretar, para razonar, para indignarte, para convencerte, para sacar conclusiones”.
Morata quiere, atendiendo las peticiones del público, trasladar al miércoles o jueves las citas, que habitualmente hasta ahora han sido los martes a las 19.00 horas, y ampliar de una a dos las proyecciones cada mes.
“Intentando superar el miedo a las películas con una duración que sobrepase las dos horas, se programarían obras de largo metraje a una hora más temprana como las 18.00 para que tengan el esperado hueco que se merecen”, añade otra de sus aspiraciones.
“Uno de los retos no superados hasta ahora”, añade, “es el de lograr atraer a un público más joven que acuda a las sesiones del cine-club, único en su género en nuestra ciudad por el momento”.