El rey de Marruecos, Mohamed VI, acompañado por el príncipe heredero Moulay El Hassan, el príncipe Moulay Rachid, el príncipe Moulay Ahmed y el príncipe Moulay Ismaïl, presidió el pasado sábado 7 de junio la oración del Eid Al-Adha en la mezquita Hassan II de Tetuán, uno de los actos más solemnes del calendario religioso del país.
Miles de ciudadanos se congregaron en las calles para saludar al monarca y celebrar junto a él esta festividad, considerada una de las más importantes del islam. A su llegada al templo, Mohamed VI pasó revista a un destacamento de la Guardia Real que le rindió honores.
Un llamado a la responsabilidad religiosa
Durante el sermón, el imán destacó el profundo significado espiritual del Eid Al-Adha, que conmemora el sacrificio del profeta Ibrahim (Abraham) y simboliza el compromiso de los creyentes con la fe, la solidaridad y la cohesión social. En este contexto, recordó que el rey, como Comendador de los Creyentes (Amir Al-Muminin), tiene la responsabilidad de garantizar la práctica religiosa conforme al islam y a las circunstancias del momento.
Este año, el imán explicó que Mohamed VI invitó a la ciudadanía a abstenerse de realizar el rito del sacrificio del cordero por razones de facilitación religiosa, recordando el versículo del Corán: “Y no os ha impuesto ninguna carga en la religión”. En su lugar, el propio monarca procedió al sacrificio simbólico en nombre del pueblo marroquí, siguiendo la tradición del profeta Mahoma, quien ofrecía un animal por sí mismo y otro por su comunidad.
Mensajes de unidad y plegarias por los reyes difuntos
Al término de la oración, el imán elevó plegarias por la salud y la protección del rey, así como por el bienestar del príncipe heredero y de toda la familia real. También pidió por el alma de los reyes difuntos Mohamed V y Hassan II, considerados pilares históricos de la nación marroquí.
Posteriormente, Mohamed VI fue saludado por los embajadores de países islámicos acreditados en Marruecos, quienes le transmitieron sus felicitaciones y deseos en esta festividad religiosa.
Ceremonia oficial
Tras el rito del sacrificio, el monarca recibió las felicitaciones de las principales autoridades del Estado. Entre ellas, el jefe del Gobierno, los presidentes de las Cámaras del Parlamento, miembros del Poder Judicial, del Ministerio Público, responsables de instituciones constitucionales y altas personalidades tanto civiles como militares.
La ceremonia concluyó con el disparo de salvas de cañón como expresión simbólica del carácter solemne y nacional del Eid Al-Adha, una jornada que refuerza los vínculos entre el pueblo marroquí y su soberano.