El número de
menores extranjeros no acompañados tutelados por la Ciudad Autónoma no ha dejado de crecer durante los dos primeros meses de 2020. Al inicio de marzo la Administración autonómica acoge ya a casi 500 niños y adolescentes migrantes solos en los distintos centros de los que dispone a tal efecto.
Según las fuentes del Ejecutivo local consultadas por este periódico, solo en el Centro de Realojo Temporal de
‘La Esperanza’, en Hadu, están albergados actualmente 440 jóvenes varones de nacionalidad marroquí, 360 en las instalaciones propiamente dichas del edificio y otros 80 asignados a los recursos extraordinarios concertados con la Fundación SAMU, que instaló varios módulos prefabricados en los bajos del inmueble hace más de un año.
En el Centro Mediterráneo se atiende a 33 chicas menores foráneas
En el Centro Mediterráneo la Ciudad Autónoma tiene tuteladas a 33 chicas foráneas con menos de dieciocho años, mientras que en ‘San Ildefonso’, la infraestructura en la que es acoge a los niños extranjeros no acompañados de menor edad, se atiende a ocho más.
La cifra total de 491 menores migrantes solos tutelados por la Administración se completa con los diez que cumplen medidas judiciales en el Centro de Reforma de Punta Blanca.
Hace un año eran 295 los menores albergados en ‘La Esperanza’, 235 en las habitaciones del equipamiento y 60 en los módulos prefabricados que la Administración autonómica se vio obligada a contratar por emergencia con SAMU.
Al margen de los tutelados por la Ciudad, el número de los que “malviven” en la calle se cifra oficialmente en “varios centenares” y recursos como el PREMEDECE han quedado sin presupuesto.
Los apuntes
Atención“Sobreocupación”. La “sobreocupación” de los Centros de Menores, sobre todo de ‘La Esperanza’, “imposibilita” a juicio de la Administración “una atención adecuada a los menores”. Además, “daña gravemente la convivencia entre ellos y da problemas de seguridad, tanto para estos como para los profesionales, que se encuentran desbordados y con escasas posibilidades de prestarles asistencia y cuidados que precisan en unos momentos tan delicados como la llegada y la recepción de los menores de distintas nacionalidades con costumbres y realidades muy diferentes debida a su cultura e historia personal”.
CalleVivas, a Sánchez. El presidente de la Ciudad alertó en febrero al de la Nación por carta de que la presión migratoria infantojuvenil creciente “ha derivado en hacinamiento, colapso e incapacidad para acoger a los varios centenares de menores que malviven en la calle en unas condiciones de alto riesgo y vulnerabilidad”.