El Ministerio del Interior ratificó ayer con cifras la gran mejora experimentada en materia de Seguridad Ciudadana en Ceuta. La ciudad autónoma fue la única región de España en la que la criminalidad conocida cayó con respecto a 2021 y la que se anotó una reducción más notable con respecto a 2019, el último ejercicio sin restricciones de actividad y movilidad ligadas a la pandemia en la enfermedad del coronavirus.
Entre esos dos ejercicios comparables, el año pasado se supo en Ceuta de casi un 30% menos delitos, una espectacular rebaja que es fruto de la puesta en marcha de políticas acertadas y del buen trabajo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, en especial de la Policía Nacional, competente en la materia, pero también la colaboración ciudadana en la que tanto se ha hecho hincapié.
Las caídas de hechos delictivos denunciados fueron especialmente sensibles en ámbitos que afectan de manera muy directa a la percepción subjetiva y general de seguridad, como los robos con violencia e intimidación o los cometidos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones. Entre 2019 y 2022 las sustracciones de vehículos han caído más de un 36% y los delitos vinculados al tráfico de drogas, muy condicionados por el funcionamiento de la frontera, por encima del 61%.
El descenso de los hurtos roza el 50% y el resto de la criminalidad convencional se ha desplomado casi un 24%.
Los únicos incrementos se anotan en tipos como los de homicidios, asesinatos (consumados o en grado de tentativa) y lesiones o riñas tumultuaras, muy vinculados al enfrentamiento entre bandas por el control del crimen organizado, choque por el que la Policía Nacional ha materializado más de 70 arrestos durante el último año.
En este ámbito el trabajo tampoco termina nunca (y en el campo cibernético cada vez es mayor), pero abandonar ese otro furgón de cola nacional que solía ocupar Ceuta es una buena noticia.