El Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) ha puesto el foco en los residentes de las zonas menos céntricas de la ciudad que se encuentran con “mayores dificultades sociales, educativas, económicas y de desarrollo que quienes residen en aquellas zonas más céntricas". Un escenario socioeconómico que, según la formación, sufre “profundos desequilibrios territoriales”.
Los localistas ponen el acento en los “descomunales porcentajes” de fracaso escolar, desempleo, percepción de prestaciones sociales y rentas bajas a las que se enfrentan barriadas como Príncipe Felipe, Príncipe Alfonso, Recinto o Los Rosales, entre otras. “Si hipotéticamente dividiéramos la ciudad en dos, el centro y la gran vía constituirían, con diferencia, la parte más agraciada de la población”, añaden.
“Una ciudad en la que se perpetúan las desigualdades entre sus ciudadanos dependiendo de la zona en la que residan es un claro reflejo de un Ejecutivo que castiga, de unas políticas que segregan y de un abandono institucional y político activo e intencionado”, lamentan desde la formación, que advierten que "estas desigualdades se ven reflejadas en la calidad de vida de los vecinos, en su rutina diaria, en sus condiciones de vida, en la salud e incluso en la tasa de mortalidad, siendo esta más alta en las barriadas de la periferia que en la zona centro".
La solución para MDyC: un plan integral contra la desigualdad
Asimismo, lamentan que las decisiones del Ejecutivo local estén contribuyendo a perpetuar la brecha social entre barrios, afectando directamente al bienestar y las oportunidades de miles de vecinos.
Ante este escenario, el MDyC presentará en el próximo Pleno de la Asamblea una propuesta para poner en marcha un Plan de actuación en las barriadas más vulnerables.
La iniciativa contempla la rehabilitación de "zonas degradadas, la identificación de áreas desfavorecidas, la descentralización de actividades culturales, "optando por hacer partícipes a todas las barriadas de la ciudad, fortalecer asociaciones vecinales impulsando la participación de jóvenes y mayores, refuerzo escolar en zonas con bajo rendimiento académico y mayor abandono escolar", entre otras.







La fábula de la cigarra y la hormiga,que hacían la cigarra decirle a la hormiga que era racista y que tenia lla obligación de facilitarle la vida por que vivía en una casa construida en terreno robado con dinero procedente del narcotrafuco,mientras la hormiga se partía el lomo pa comprarse una casa en ja calle real,pues señora cigarra acudud a asuntos sociales a pedir limosna o también al negocio del señor mariscal,eso sí con rabia o land Cruise,pitos pañoles rasistas.
Y los culpables son. ? Que el dinero de los que trabajan y aportan no debe de servir para subsanar las vaagezas y torpezas de esos que tanto se quejan y no hacen el mínimo esfuerzo por superarse. La brecha no es culpa de los que estudian y los que trabajan.