La pasada semana tenía pensado escribir sobre los buenos datos de empleo en España, en marzo de este año, conocidos a primeros de abril. Sin embargo, algo se interpuso en mi camino, a consecuencia del atentado que sufrí en uno de mis vehículos, en la oscuridad de la noche. En el artículo que hice explicaba por qué consideraba que este acto de vandalismo estaba relacionado con mi actividad política. Ni un gesto de rechazo, o de condolencia oficial de parte de los que gobiernan la institución municipal, pese a mi pertenencia a la misma como concejal. Quizás esta sea una evidencia de lo que digo.
El atentado político se define como un acto de violencia dirigido hacia una persona, grupo o entidad con la intención de causar daño físico, psicológico o moral por motivos relacionados con sus ideas, actividades o posiciones políticas. Por tanto, busca influir en la política y el poder. Entender sus causas y consecuencias es fundamental para prevenir y responder de manera efectiva a estas amenazas, y asegurar un futuro en el que la democracia y la paz prevalezcan. En el presente caso, es evidente la intencionalidad política de los autores.
Explicado lo anterior, es el momento de resaltar que el empleo en el mes de marzo supuso un máximo histórico, pese a no contar con el efecto de la semana santa en marzo. Esto se corrobora en la serie histórica que venimos elaborando desde la pandemia y que nos indica que el total de afiliación media a la Seguridad Social (21.357.646) se situó en cifras no vistas hasta ese momento. En concreto, 455.679 afiliaciones más que hace un año (+2,2%) y 161.491 afiliaciones más que el mes anterior.
Respecto a la cifra de desempleados inscritos, alcanzó los 2.580.138, cantidad que no se registraba desde agosto de 2008, poco antes de comenzar la crisis financiera internacional, que supuso un incremento desorbitado de las cifras del paro registrado. En la gráfica siguiente se puede observar con nitidez esta evolución.
El informe de Coyuntura Laboral de marzo de 2025 del primer sindicato del país, Comisiones Obreras, detalla esta situación, danto una serie de claves que es interesante analizar.
Lo primero que indican es que el empleo crece, y que prosigue la mejora en la calidad y composición del mismo, aumentando la afiliación con contrato indefinido a jornada completa y con contrato indefinido a jornada parcial. El 43,6% de los contratos firmados son indefinidos.
La creación mensual de empleo en marzo se concentra principalmente en hostelería, aunque también destaca el transporte y el almacenamiento, las actividades artísticas y de ocio, la educación y las actividades profesionales, científicas y técnicas.
Estamos en plena incertidumbre por los efectos de la guerra arancelaria desatada por el presidente de los Estados Unidos Donald Trump. Pese a ello, aún no se han dado por nulas del todo las predicciones que hizo la OCDE para España, había elevado de nuevo sus predicciones de crecimiento para España, situándolo en un 3% para 2024 y en un 2,3% para 2025, cifras muy por encima de lo calculado por el Gobierno y cuatro veces superiores a la media de la eurozona. Decíamos en un artículo de hace unos meses que el factor que tiraba del carro de la economía española, según este organismo, era la demanda interna.
Sin embargo, la bajada de tipos de interés efectuada por el Banco Central Europeo contrasta con la resistencia a hacerlo de la Reserva Federal de los Estados Unidos. Esto, que hubiera abaratado considerablemente los pagos de la deuda de este país, y habría facilitado la “ficticia” reindustrialización que pretenden Trump y sus asesores, para justificar el desastre que está ocasionando a la economía de su país, y del resto del planeta, ha ocasionado que Trump entre en cólera y se pronuncie por cesar antes de tiempo al que el mismo puso en su anterior mandato, al frente de este organismo.
Los ataques de Trump a la independencia de la Reserva Federal son preocupantes, ya que minan la confianza en las instituciones financieras de los Estados Unidos y pueden tener repercusiones globales. La decisión de Trump de considerar la destitución de Powell antes del final de su mandato es vista como un intento peligroso de influir directamente en la política monetaria del país.
Frente a esto, tranquilidad y firmeza. Un dictador de esta guisa no puede salirse con la suya.