Mientras los nacionalistas afilan el hacha de guerra, el Rey se viste de tertuliano, Rajoy apura el filo de la navaja donde se sostiene la ciudadanía y la clase media se derrite, se achanta y baja a los comedores sociales, para no morirse de hambre.
Nos estamos desmemoriando, porque empezamos a dejar de mirar atrás hace demasiado tiempo y ahora el Alzheimer nos acosa y no le ponemos freno , porque la sanidad es irrisoria y no hay ni para ella , ni para la educación que salvaría el futuro de nuestros hijos.
Los profesores están travestidos porque también quieren comer y toman y dan las clases que les ofrecen, todo sea seguir en la educación, que para eso han dado el callo y el que era de francés ahora es de latín y la que impartía inglés , ahora, da clases de historia. Si vas a la consulta del pediatra , mira las maderitas de la garganta como si fueran de oro y empezamos a ver a los emigrantes como si nos robasen los recursos vitales. No te puedes quejar porque hay demasiado miedo y siempre sale detrás de un seto alguien que está peor que tú y que no piensa en adelantarte, sino en dejarte a ti en la estacada. No se pude ya ni escribir tranquilo, porque cuando menos te lo esperas, sale una galletita , un anuncio o una mierdería que te descoloca y te quiere vender desde una pareja de ensueño, hasta la dieta reparadora o el tarot cumplidor de múltiples fantasías. Hemos envejecido, de eso no hay duda, pero no los que cumplimos años y nos acercamos más hacia el abismo eterno, sino todos , como país , como especie, o como planeta, porque hemos acartonado nuestra existencia y nos hemos vendido al capitalismo más brutal , a ese que decía Carmen Rodríguez Campoamor que era el infierno en la tierra, el exterminador del género humano, cuando fui a visitarla a un geriátrico en Madrid , asomada por la ventana de su habitación. Tal vez debiera haberla escuchado, pero me pareció un cuento, una fábula comunista , porque quién iba a pensar que nos veríamos así solamente porque cuatro mangantes con ganas de ganar dinero nos asfixiaran por bolsa, virtuales asesinos de arroces y lentejas, mangantes de guante blanco, precursores de políticos defraudadores de confianzas, merdellones de mala gente que dejaron a pueblos enteros estafados y se fueron a los paraísos fiscales, a reírse en nuestra cara por ser tan idiotas. Ahora , no obstante , hay quien nos dice que con tener salud y trabajo ya lo tenemos todo y no hay duda, porque mientras comamos y no nos enfermemos, no nos fagocitará el sistema, no tendremos que suicidarnos, ni buscar basura en los contenedores, derivándonos los que gobiernan hacia bancos de alimentos y comedores sociales , porque es vergonzoso , para un país, ver a los suyos buscando entre verduras pasadas y carne en mal estado, a las puertas de un supermercado. A ustedes no sé, pero a mí me da más vergüenza , ellos que se llenaron los bolsillos, los que se van a pudrir como los neardenthales, como los grandes reyes, como los emperadores…pegados a su trono de miseria, vanidades banales con que llevarse a la boca ricos manjares y gente aduladora – a su alrededor-que no les hará cerrar los ojos , ni vivir mejor, sino siempre alerta.
Me da vergüenza que hayamos llegado a esto y que sigamos viendo en las noticias más corruptos y más millonarios, de capa fina y sinvergonzonería, y estamos aguantando la percha , para que no se les arrugue el traje.
Mientras nosotros pastamos contentos, los nacionalistas afilan el hacha de guerra, el Rey estrena nueva Web para vender la institución al ciudadano que no sabe cómo va a llegar a fin de mes, que no quiere ponerse malo, que ya no le llega para medicinas y que empieza a coger cerillas y gasolina y a echársela en cogote , cuellos y antebrazos, porque prefiere morir abrasado que limosneando lo que es – y siempre fue-suyo.