Un instituto de sondeo de opinión panafricano que realiza encuestas sobre democracia, gobernanza o economía ha ofrecido recientemente datos relativos a Marruecos que pueden ayudar a entender la presión de los inmigrantes marroquíes en su intento de entrar a Ceuta.
El 23 de julio de 1999, Mohamed VI sucedió a su padre, Hassán II, como rey de Marruecos. En los 25 años que han pasado desde entonces, el reino alauí ha experimentado numerosos cambios, pero sus ciudadanos siguen sufriendo los efectos de la pobreza, la mala situación económica y la persistente corrupción. Tanto es así, que más de la mitad de los jóvenes consideran abandonar el país en busca de un futuro mejor.
El último Afrobarómetro, publicado en junio pasado y cuyos datos recoge Europa Press, ofrece una radiografía del reino alauí que muestra un país preocupado por una economía que no logra recuperarse de los golpes de la COVID-19, la guerra en Ucrania y el terremoto de septiembre de 2023 en la región de Marrakech. Los ciudadanos tienen problemas para llegar a fin de mes, comprar alimentos y ven cómo la corrupción no disminuye.
En este contexto, el 35% de los marroquíes admiten que han pensado en abandonar el país. Este dato aumenta al 55% entre los jóvenes de 18 a 29 años y cae al 24% en personas mayores de esa edad. Por sexos, el 45% de los hombres han considerado emigrar, frente al 25% de las mujeres.
Cuatro de cada diez personas con problemas para cubrir sus gastos han sopesado la opción de emigrar, en comparación con el 29% de aquellos en una situación económica más estable. Además, quienes tienen más educación son más propensos a pensar en marcharse que aquellos con menos formación.
El 53% de quienes han considerado emigrar afirman que lo harían incluso sin los documentos necesarios, recurriendo a vías ilegales. Esta opción es más prevalente entre los que tienen menos recursos (64%), frente al 34%, y entre los hombres (62% frente a 36%).
En cuanto a las razones para emigrar, el 45% de los encuestados mencionan factores económicos como la principal motivación, mientras que el 18% aluden a oportunidades educativas, el 15% a la corrupción y el 13% a razones políticas. Además, el 11% quieren emigrar para reunirse con familiares que ya están en el extranjero. Los motivos económicos pesan más entre aquellos con menos recursos (56% frente a 28%).
España, entre los destinos preferidos
En cuanto al destino, si abandonaran Marruecos, los marroquíes prefieren Occidente sobre cualquier país vecino o africano. Así, el 26% mencionan Estados Unidos como destino preferido, seguido de Francia y Canadá (23%), Italia y España (22%) y Alemania (19%), según el Afrobarómetro.
El sondeo, realizado entre 2.411 personas de todas las regiones entre el 11 de diciembre de 2023 y el 30 de enero de 2024, con un margen de error del 2%, muestra que solo un tercio de los marroquíes cree que la economía de su país va bien, un dato que contrasta con el 66% que opinaban lo mismo en 2016.
En su última evaluación, en noviembre pasado, el Banco Mundial destacó que el PIB creció un 3% en el primer semestre de 2023, tras un crecimiento del 1,3% en 2022, pero frente al 8% de 2021. Según el Banco Africano de Desarrollo, el crecimiento económico alcanzará el 3,5% en 2024 y el 3,8% en 2025, mientras que la inflación seguirá cayendo (4,1% y 3,8% respectivamente).
La economía, el principal desafío
En este contexto, el 22% de los marroquíes citan la economía como el principal desafío que enfrenta el país, aunque este dato es once puntos inferior al de 2022. No obstante, los encuestados se muestran más optimistas respecto al futuro económico, con un 14% que cree que será mucho mejor y un 35% que será algo mejor en los próximos años.
La opinión positiva y el optimismo respecto al futuro económico del reino son superiores entre quienes no tienen problemas para llegar a fin de mes. Además, el 39% creen que la brecha de riqueza se ha ampliado en el último año, aunque este dato ha disminuido respecto al 44% de 2022. Entre quienes tienen problemas económicos, el dato sube hasta el 49%.
En cuanto a la desigualdad económica, se observa una clara diferencia territorial. En el norte, solo el 26% percibe que la brecha entre ricos y pobres ha aumentado, frente a los habitantes de regiones tradicionalmente más desfavorecidas del este (41%), centro (44%) y sur (44%).
Uno de los principales síntomas de desigualdad económica que identifican los marroquíes es la inseguridad alimentaria. Preguntados sobre si se habían quedado sin comida y sin dinero para conseguir más en el último mes, el 63% dijeron que esto les había ocurrido a menudo o en ocasiones. En 2022, un 36% respondieron de la misma manera.
Además, el 57% de los marroquíes creen que hay un problema de disponibilidad de alimentos en cierta medida, y el 59% opinan que hay problemas de asequibilidad. Entre los factores que influyen en esta situación, citan la gestión del Gobierno (28%), la inflación (17%) y la desigualdad de la riqueza (8%), así como el cambio climático (16%) y la guerra en Ucrania (12%).
La corrupción no remite
La corrupción es otra de las grandes preocupaciones de los marroquíes. El 74% consideran que sigue prevaleciendo en gran o buena medida en las instituciones del Estado, en línea con los datos de 2016. Este dato se eleva al 86% entre quienes no pueden llegar a fin de mes y al 77% entre aquellos con menor educación.
En cuanto a la confianza en el Gobierno marroquí, en un país donde Mohamed VI tiene la última palabra en muchas cuestiones, sobre todo en política exterior, esta se sitúa en el 33%, diez puntos por debajo de 2016, cuando alcanzó su nivel más alto. Un dato similar se observa en el caso del primer ministro, Aziz Ajanuch, con un 10% que confía mucho en él y un 21% que confía bastante.
El Parlamento marroquí, elegido en 2021, goza de una mejor imagen entre los marroquíes, con una confianza del 38%, cinco puntos más que el año anterior y 17 más que en 2018, el nivel más alto registrado hasta la fecha por un Afrobarómetro.
Solo uno de cada tres marroquíes cree que su gobierno responde en todo o en parte a lo que desean, siendo esta percepción mayor entre los más ricos (47%). Mientras tanto, el 55% quiere reformas inmediatas, el 37% prefiere introducirlas de forma incremental y el 6% no desea cambios.
Cuando el 55% de un país quiere emigrar, eso significa que muchas cosas NO funcionan, marruecos es un país rico, pero muy mal administrado, un país clasista, donde los Ricos imponen sus leyes y así nunca prosperara