Empezamos bien la campaña oficiosa. Con lo fácil que es hacer las cosas de forma correcta… Mientras los votantes solo aspiramos a que se gestione adecuadamente lo público, garantizando que haya igualdad de oportunidades y que nuestros hijos no tengan que irse fuera a buscarse la vida porque aquí nadie les tiende una mano, los partidos se centran en ponerse zancadillas a costa de denunciar carteles, reparto de propaganda, inauguraciones camufladas… Son los árboles que no dejan ver el bosque.
La Junta Electoral va a tener trabajo. Como niños chicos alocados que salen al patio buscando aprovechar al máximo los minutos de recreo, los aspirantes a ocupar la silla van a hacer carrera buscando el fallo del otro, aprovechándose además de las meteduras de pata en las que incurren los partidos dominados en demasiadas ocasiones por los egos incontrolados de inexpertos que creen saberlo todo. Así nos va.
La política es mucho más sencilla y debe ir más allá de estas guerras de pueblo. La política debe estar más cercana al ciudadano, a lo que realmente reclama y a lo que necesita. No hay que complicarse demasiado. Es sencillo si realmente se cree en la política con mayúsculas, alejada del negocio partidista.
El ceutí medio busca garantías. Garantías para todos. Siendo poco parece mucho en una sociedad con demasiados vicios.
El ceutí medio quiere esas garantías y estabilidad. Quiere vivir en un barrio con unas infraestructuras dignas (hoy esto no existe), poder tener unos servicios mínimos que funcionen adecuadamente en todos los ámbitos (seguridad, limpieza… hoy tampoco los tenemos), creerse que sus hijos pueden tener un futuro aquí peleando en igualdad de condiciones con el resto (desgraciadamente la realidad nos arroja otro panorama bien distinto).
No hay que volverse loco asfaltando a última hora los barrios; tampoco hay que colgar en redes sociales la foto del último desayuno que se toma el candidato para que nos creamos que es alguien sencillo y cercano que hace lo mismo que el resto… No se pide tanto, no es tan complicado. Pero como siempre empiezan la campaña con una burda escenificación de lucha de egos que ni nos importa, ni interesa, ni va a solucionarnos nada.