La barriada de Loma Colmenar, pero no solo la promoción de 225 viviendas sociales en la que vive la familia de Mohamed, el niño de 8 años que ha sido encontrado muerto a primera hora de la mañana de este lunes por la Policía Nacional de Ceuta, llora en silencio las horas posteriores a la confirmación de su deceso después de que su padre denunciase ante la Jefatura Superior su desaparición tras salir a jugar un partido con varios amigos del vecindario en la pequeña pista polideportiva que casi se ve desde las ventanas de su casa.
“Era un chico lleno de vida al que siempre veías jugando por ahí, alrededor de su casa o con amigos en los bloques de arriba”, explican dos jóvenes residentes en las 317 enfrente del Hospital, “y hoy es un día muy triste porque en esta barriada a veces hay problemas, pero algo así no había pasado nunca...”.
Tras toda la noche sin dormir ni poder contener las lágrimas, su padre le ubica como “el último de la hucha”, el que iba a cerrar su descendencia de cuatro hijos, el tercer varón (los otros tienen 18 y 21 años), el que llegó justo después de su única hermana, seis años mayor.
“Le escolarizamos en el colegio 'Severo Ochoa' porque, aunque teníamos otros centros más cerca, nos pareció que allí podía tener mejor opciones y no nos importaba llevarlo y traerlo a diario pese a que está algo más lejos”, indica el padre de Mohamed.
Su hermano Nabil había cruzado a Marruecos este domingo por la tarde y cuando regresó ya se encontró a su familia en alerta. Eran las 22.00 horas. La madre fue la primera que se escamó por el tiempo que tardaba en regresar su pequeño del partido que había organizado con sus amigos. A medianoche el padre ya vio imposible que pudiera estar en casa de ningún colega y que no le hubiesen instado a irse a la suya teniendo clases al día siguiente.
Fue entonces cuando acudió a la Jefatura Superior de la Policía Nacional a denunciar su desaparición. El resto de la noche siguió siendo un frenesí con la esperanza de que no hubiera pasado nada irreparable, pero el amanecer frustró esa expectativa cuando agentes localizaron su cuerpo sin vida en la ladera que desciende frente al cementerio de Sidi Embarek.
“Buscamos toda la noche con la ayuda de la Policía por el campo, por el barrio, preguntando, en el colegio... Él salía a menudo a jugar con otros niños chicos y siempre volvía a casa, pero ayer...”, sigue sin explicarse lo ocurrido Nabil.
"Mi hijo ahí no juega más"
David y Eliseo, vecinos también de las 225 de Loma Colmenar, se toparon esta mañana con el mal trago. El primero, que tiene un hijo de la misma edad que Mohamed, fue advertido por su esposa de que había un vecino desaparecido. La Policía le confirmó ya en la calle la peor de las novedades: había aparecido muerto. “Es una tragedia para cualquiera, más para alguien con niños... Estamos destrozados y todo este está abandonado, sin protección para los niños... A cualquiera que se le escape un balón baja por ahí y está ante un peligro”, denuncia.
Los residentes lamentan que las cámaras de seguridad del Hospital Universitario puedan no ser útiles a esa distancia para esclarecer los hechos. “Lo que queremos es que aquí se ponga más protección, que se levante una valla en condiciones, que los balones no vayan para abajo, que los niños no puedan ir por ahí a por ellos... Que haya soluciones para que esto no le pase a ningún niño chico más”. “Mi hijo ahí no juega más”, avisa.
Eliseo se confiesa “fatal” solo de pensar en que “esto le puede pasar a cualquiera”. “Es una tragedia muy grande y lo que esperamos es que si hay sido una persona la responsable la Policía lo coja cuanto antes”, ruega el vecino, “amigo de toda la vida de dios” de la familia del pequeño.
D.E.P. Esperemos que se investigue bien. Una locura perder a un hijo y más de esta forma.
Dep. Esperemos que se aclare lo que haya sucedido. Un abrazo a la familia