La disparidad de versiones ofrecida en torno al malinois que terminó muriendo tras permanecer días famélico por las calles ha terminado por enturbiar lo que realmente importa en Ceuta y lo que debería provocar una reacción oficial inmediata. No es otra cosa que el continuo desprecio que se da a la protección de los animales, obviando de manera indecente que existe una ley aprobada y que debe ser cumplida.
Esto es lo que tendría que importarle al Ayuntamiento y a los grupos con representación, incluyendo a los diputados no adscritos, más allá de propuestas e interpelaciones absurdas que se llevan a las sesiones plenarias sin criterio alguno.
En Ceuta no se está cumpliendo la ley, tampoco haciendo que se cumpla con los recursos suficientes. Y esto es así desde el momento en el que conocemos tantísimas salvajadas que se producen y no son investigadas ni cortadas. Abandonos de animales que a nadie importa, ataques a colonias de gatos que no son investigadas ni sancionadas, tenencia de perros en malas condiciones a la vista de todos.
Esto sucedía antes, ahora también, pero con la salvedad de que ya existe una ley que debe cumplirse y no tomarse a pitorreo.
Daubma denunció hace unas semanas la mala praxis del 112, estos se defienden indicando que actuaron correctamente contando además con el apoyo de los sindicatos.
Pero el hecho es que durante días ese perro que ha terminado muerto estuvo deambulando por las calles del Príncipe en un estado lamentable sin que los sistemas municipales funcionaran para su recogida con rapidez ni lo detectaran a tiempo.
Pero no solo es este perro, son los tantos que se ven abandonados, la cría ilegal, la tenencia de malinois como perro de moda sin control alguno… Son este tipo de situaciones repetidas en el tiempo, sobre las que se incurre en un pasotismo institucional claro. Son situaciones que no están marcadas por ningún secretismo, al contrario, se repiten a la vista de todos gozando de esa pasividad tan asombrosa como despreciable.
Que la polémica no nos desvíe de lo realmente importante. Ojalá fuéramos capaces de darnos cuenta.
Se puede decir más alto pero no más claro.
Lo del 112 y recogida de animales ya sabemos todos que las quejas públicas son infinitas.
Pero lo que Carmen dice en el artículo lleva toda la razón, hay muchos más responsable y esos son los políticos y altos cargos en esta materia que pasan de todo lo relacionado con las leyes de obligado cumplimiento de bienestar animal.