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El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, advierte de que los asuntos fronterizos son un problema de la UE
La Unión Europea necesita una política común para acabar con la inmigración clandestina en manos de las mafias en fronteras como la valla de Melilla o la de Ceuta, que no es comparable al muro anunciado por Donald Trump, ha asegurado en una entrevista el delegado del Gobierno en la ciudad hermana, Abdelmalik El Barkani.
Los saltos a la valla en Melilla son menos en los últimos meses comparados con las entradas masivas de otros años, fruto del control fronterizo en colaboración con Marruecos, pero la ciudad sigue siendo la segunda puerta de entrada en Europa, tras Grecia, de refugiados como los sirios. En el caso de Ceuta se produjeron casi mil entradas en 72 horas en febrero y los últimos intentos han sido frenados desde el lado marroquí.
“A veces oímos a algún representante de alguna institución europea diciendo que en Ceuta y Melilla, y por lo tanto en España, algunas cosas en el control de fronteras se hacen mal”, comentó. El Barkani añade que otros “dicen que es necesario controlar mejor las fronteras y poner en marcha la repatriación de todos aquellos que han entrado de forma ilegal”. A quienes equiparan estas alambradas con el muro con México que amenaza con alzar el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el responsable del Gobierno en Melilla les contesta que su comparación “no tiene sentido”.
“Trump ha diseñado un muro con el objetivo de que no entren mexicanos. La valla de Melilla” y la de Ceuta “se hizo no para marroquíes, sino para subsaharianos que entraban de forma absolutamente ilegal”, recordó. “España no tiene problema con Marruecos por la valla. Es la valla de la Unión Europea, porque no es un problema de Melilla o Ceuta, es de la frontera sur de Europa. No sé cuál es la solución. Sí sé que hay que hacer algo. Y una de las cosas más importantes, por sentido común, es que todos hablemos el mismo lenguaje” en la UE, advirtió.
Abdelmalik El Barkani recuerda en este punto que Ceuta y Melilla son las únicas fronteras terrestres de la UE en África. Por ello, apunta que los intereses contrapuestos entre países europeos, ante la mayor crisis migratoria de la historia en el continente, porque les queda lejos “esta zona sur” de la UE, sólo benefician a quienes trafican con seres humanos.