No es la primera vez que sucede. Son los propios agentes de la Policía Nacional los que, sabedores de que pueden incurrir en riesgos ajenos a sus funciones, se han negado a trasladar a niños, hijos de detenidas, en los zetas al carecer de las sillas reglamentarias.
Y no es que la dirección del Cuerpo no sepa de esta carencia. Muy al contrario. Se le ha trasladado en reuniones oficiales la necesidad de subsanar esta problemática, pero todavía no se han aportado soluciones.
Se han producido ya varios casos en los que agentes de servicio se han negado al traslado de niños de corta edad a la guardería del Príncipe, que es donde se les acoge cuando sus padres son detenidos al verse sorprendidos en la práctica de delitos. No quieren, porque no deben, ser responsables de una infracción amén de incurrir en riesgos que pueden ser fatales para la integridad de los menores.
El pasado diciembre se ordenó el traslado de un menor en el turno de noche. Al no contarse con la silla reglamentaria, los agentes se negaron al considerar que no se garantizaba la seguridad del menor. La Jefatura tuvo conocimiento de estos hechos.
No ha sido la única vez, ya que la semana pasada se volvió a producir la misma situación. Otro vehículo radio patrulla fue comisionado para proceder al traslado, de noche, de otro niño desde la comisaría del puerto hasta la Jefatura. Los agentes se negaron a efectuar este servicio porque todavía no se habían adquirido dichas sillas.