Los apedreamientos ocurridos el pasado martes, de los que ayer informaba este medio, dejan buena muestra de la situación. En la primera de las emboscadas, ocurrida a las 19.30 horas, se realizó una llamada en la que se informaba de una emergencia falsa. La misma tenía por objetivo que los agentes se desplazaran al Puente Quemadero desde donde se les recibieron a pedradas. Un agente resultó lesionado después de recibir el impacto de una piedra a bocajarro que le impactó en una pierna, quedando de baja laboral. Un zeta resultó dañado después de que los agentes tuvieran que hacer uso de abundante material antidisturbio.
Menos de dos horas después sucedía la segunda emboscada que también tuvo como víctima a los bomberos. Ambos Cuerpos fueron recibidos a pedradas e incluso algunos de los participantes en la algarada hicieron uso de laser para dirigirlo a los ojos de los agentes. El protocolo no funcionó ya que sólo subió la UPR, viéndose obligada al empleo de abundante material antidisturbio para proteger a los bomberos. En este segundo servicio no hubo que lamentar daños personales ni materiales.
La Unión Federal de Policía considera que no se está trabajando de la manera adecuada en la resolución de una problemática que recae sobre las espaldas de los policías nacionales cuando son varios frentes los que deben actuar para su resolución.
“No nos quejamos de que esté la Policía sino de las formas usadas”
La llegada de decenas de policías nacionales fue recibida con sorpresa por parte de los vecinos del Príncipe. En algunas calles había incluso más agentes que vecinos, debido al despliegue que llevó a cabo la Jefatura Superior sacando a las calles efectivos de las distintas unidades. Los vecinos trasladaron a este medio sus quejas no por la presencia policial: “Ojalá vinieran así todos los días y estuvieran permanentemente aquí”, sino por las “formas” que, dicen, emplearon. “No nos quejamos de que estén aquí sino de la forma en que algunos nos han tratado. Estábamos hablando entre nosotros y se nos venía un policía hablándonos de mala manera”, criticaban. “Nos parece bien que nos pidan la documentación las veces que quieran, pero no que se dirijan así a personas mayores y a algunos vecinos”, apuntaron. La llegada de las diferentes unidades policiales estaba prevista para primera hora de la tarde, pero por causas que se desconocen se retrasó llevándose a cabo pasadas las 17.00.
El Príncipe, tomado
El despliegue de los agentes policiales fue ordenado por la propia Jefatura Superior ya que en este caso no fue una operación que dirigiera o coordinara la Delegación del Gobierno. Fueron alrededor de cien agentes de paisano y uniforme.
1 - Controles.Había efectivos por todas las calles. Unos de uniforme y otros de paisano. De éstos varios estaban con videocámaras grabando.
2 - Los niños, testigos. Los policías desarrollaban su trabajo ante la mirada de los niños de la barriada, testigos en primera línea de la operación.
3 - Registros y documentación. Los agentes pidieron la documentación a varios vecinos y se introdujeron en portales e instalaciones.
4 - Hasta dentro de los cafetines. Los agentes no dudaron en entrar dentro de los cafetines para pedir los documentos a los allí presentes. Lo hicieron en todos, en el marco de una operación que se extendió durante varias horas por la tarde.