Martínez–Alcocer narró cómo superó el trauma de ser violada con 11 años
“Sufrí una violación de niña, en concreto cuando tenía once años. Estuve veinte sin contarlo, incluso culpándome. Iba a médicos, me decían que estaba bien, pero no era un daño físico, era peor. Era un trauma que me marcó muchos años. En la vida habrá situaciones peores pero a mí la violación supuso estar muerta en vida durante largo tiempo. Sin embargo, hasta eso, se puede superar”. Las palabras que marcan el inicio de esta información pertenecen a Leticia Martínez–Alcocer, un ejemplo de superación, una mujer valiente. En la tarde noche de ayer estuvo en la Biblioteca Pública del Estado para divulgar su caso, perfectamente detallado en ‘Viaje al centro del corazón’, el libro que escribió hace poco más de año y medio y que le sirvió, en cierta manera, para superar de manera definitiva el trauma y alejar para siempre aquellos demonios: “Es un texto que escribí sin intención de publicar y sí como terapia. Quería poner palabra a lo que había estado silenciado, mirarlo de frente, aceptarlo y buscar una manera de salir de eso. Cuando superé el trauma quería hacer de una experiencia tan dolorosa para mí, algo positivo y que pudiera aportar cosas a otras mujeres que hayan pasado algo similar”, señaló la joven, de origen vasco. “Los traumas que te pueden hundir en la mayor depresión y en el autodesprecio profundo, se pueden superar”, explicó Martínez–Alcocer, que añadió al respecto: “Una de las causas de sufrimiento mayor fue el tener silenciado la violación, no fue hasta veinte años después cuando lo dije. Hay que visibilizarlo, sobre todo porque ocurre mucho más a menudo de lo que creemos y para ayudar a romper tabúes que hacen que la víctima, en realidad, se sienta la culpable”. En Ceuta justo la semana en que se han desarrollado numerosos actos con motivo del ‘Día Internacional contra la violencia de género’, Martínez–Alcocer consideró respecto a este tipo de efemérides y eventos que “pueden estar bien como algo simbólico pero no se puede quedar sólo en eso, pues no serviría para nada, incluso nos estaríamos engañando. Hay que empezar por la educación de los más pequeños y por cambiar el sistema que vivimos, pues éste es patriarcal y machista, incluso en pequeños detalles, y esto hace que la violencia muchas veces alcance extremos alarmantes”. Finalmente, ante la pregunta de si cayó el peso de la Ley sobre el agresor, respondió: “No. Y hoy día, no lo sabría identificar”.