Dice el ministro Zoido que la valla ya no funciona, que resulta ineficaz. El Gran Hermano que sigue chupando fondos de todos lados y que ha hecho de oro a muchas empresas dada la cantidad de inversiones comprometidas, resulta que ya no cumple su función. La presión migratoria de los últimos meses ha venido a corroborar esto, según cuenta el ministro. Cabría preguntarse cómo valora el Gobierno la utilidad o no de un sistema, porque lo hace en función de lo que ellos llaman “asaltos” al vallado cuando deberían mirar hacia atrás y comprobar que esos intentos de entrada se han producido desde su creación. Incluso más, muchos más.
A Zoido le tendrían que haber contado cuando arrojaban bebés por el vallado, cuando en una noche cruzaban cientos de personas, hombres, embarazadas, niños... o también cuando se desgarraban en las concertinas y morían. No es que la valla ahora no sirva, es que ese elemento de contención ha sido un experimento que ahora no les conviene pero que ha hecho millonarias a muchas empresas, sirviendo además de ejemplo para otras vallas de otros lugares. Ya saben, visión empresarial redonda.
Podrán contarnos que el sistema es fallido, pero nunca hacerlo comparando un nivel de entradas que ha sido cíclico y que si lo relacionamos con el que se produce por mar en otros puntos es hasta residual. Lo que sucede es que la valla impacta, tiene fuerza mediática y la tiene porque no se entiende que un Gobierno democrático venda por un lado los derechos humanos y la lástima por los que huyen de los países, mientras por otro mantiene convenios con los estados que causan la inmigración, deja a los guardias civiles sin protocolos fijos y nos vende una situación que no cuadra con la realidad pero sí con el mensaje de calado migratorio que quiere imponer el Partido Popular, el de asustaviejas.
Zoido llevaba la lección aprendida y entre los párrafos que tenía que memorizar e imponer estuvo el de ‘esta valla ya no sirve’. Pero nos tendrán que explicar por qué, nos tendrán que contar el cuento de la lechera entero para que así entendamos el gasto en cámaras millonarias, los proyectos de reforma de la valla y los ceros que adornarán la nueva visión de control que se tiene prevista para el perímetro, cuando la clave no está en esa línea perimetral sino en otras cuestiones que ellos tan bien conocen.