Según de ‘The Guardian’, la UE paga “millones de euros” a Marruecos para que contenga la inmigración pero la policía del país vecino “lo hace violando los derechos humanos”. Ibrahim, natural de Gambia, mientras remaba en lo que él creía que eran aguas españolas, llamó a la guardia costera exigiendo ser rescatado junto a sus compañeros de la embarcación neumática en la que intentaban cruzar a España. “Ellos lo entregaron a la guardia costera de Marruecos y ahora está en Tánger”, explica. Con este testimonio arranca el artículo titulado La Unión Europea (UE) hace caso omiso de las violaciones de los derechos humanos tras la alambrada de Marruecos, cuyo autor es el periodista Paul Mason y fue publicado en el periódico británico The Guardian este lunes.
Marruecos se ha convertido en una de las principales rutas de tránsito para la inmigración ilegal a Europa desde África subsahariana, expone el enviado especial. Según el último informe de Frontex, el cuerpo de inmigración de la UE, alrededor de 1.000 personas alcanzaron con éxito a España en los tres primeros meses de este año. “Pero hay hasta 20.000 atrapados”, añade.
El periodista sostiene que los países comunitarios desembolsan a Marruecos “millones de euros al año para mantener a los inmigrantes fuera de su territorio”. Un portavoz de la Comisión Europea, citado por Paul Mason, se negó a especificar las cantidades actuales, y le transmitió que el dinero se utiliza para “mejorar las capacidades de las autoridades marroquíes ... en diferentes ámbitos de la migración, incluida la gestión de fronteras”.
El problema, plantea el reportero, es que los policías marroquíes “violan sistemáticamente los derechos humanos de los inmigrantes”. Dos prácticas específicas exigen una respuesta de la UE, “que financia esta operación”, reitera Mason en el reportaje.
“La primera es el presunto regreso de los refugiados del mar recogidos en aguas españolas a territorio marroquí, que viola el derecho de asilo. La segunda es el traslado de los inmigrantes detenidos en Marruecos a la frontera con Argelia, que es claramente ilegal”, explica. La ironía es que los marroquíes son fuente importante de la inmigración a los países europeos, tanto legal como ilegal, reflexiona el autor.