La bóveda que cubre la nave central de la Santa Iglesia Catedral ya ha comenzado a ser reparada, y los trabajos durarán los próximos seis meses.
Aunque a simple vista no se podrán apreciar, debido a que los trabajadores operan en el hueco que hay entre el revestimiento interior y el tejado, la reparación de urgencia durará seis meses. El motivo de comenzar esta semana ha sido que es la primera con previsiones meteorológicas favorables.
El pasado mes de agosto, la bóveda se rompió justo en los puntos de dos respiraderos, incidente que atendieron los Bomberos fijando la estructura temporalmente. La Catedral llevaba inscrita desde el año 2008 en un registro de edificios con carcoma, que es el xilófago que más daña la madera.
El trabajo consistirá en la reconstrucción de los dos respiraderos, pues es imposible restaurarlos, y sin embargo su función es vital para evitar que los maderos entren en mal estado. La bóveda está sujetada por un sistema de cerchas, un tipo de estructura triangular que utiliza unas complejas fórmulas físicas para distribuir el peso del tejado entre las maderas, fuertes y rígidas. Otros tablones horizontales cruzan de lado a lado la estructura, pero su función es, principalmente, de sujección de muros.
La nave central de la Catedral permanece cerrada a causa del peligro que supone el riesgo de otro desprendimiento. El trabajo será lento debido a que es necesario fijar bien la estructura antes de retirar los maderos rotos. La solución definitiva pasaría por sustituir toda la estructura de cerchas de madera por otros materiales que resistieran mejor las inclemencias del tiempo.
La bóveda que cubre la nave central de la Santa Iglesia Catedral ya ha comenzado a ser reparada, y los trabajos durarán los próximos seis meses. Aunque a simple vista no se podrán apreciar, debido a que los trabajadores operan en el hueco que hay entre el revestimiento interior y el tejado, la reparación de urgencia durará seis meses. El motivo de comenzar esta semana ha sido que es la primera con previsiones meteorológicas favorables.El pasado mes de agosto, la bóveda se rompió justo en los puntos de dos respiraderos, incidente que atendieron los Bomberos fijando la estructura temporalmente. La Catedral llevaba inscrita desde el año 2008 en un registro de edificios con carcoma, que es el xilófago que más daña la madera. El trabajo consistirá en la reconstrucción de los dos respiraderos, pues es imposible restaurarlos, y sin embargo su función es vital para evitar que los maderos entren en mal estado. La bóveda está sujetada por un sistema de cerchas, un tipo de estructura triangular que utiliza unas complejas fórmulas físicas para distribuir el peso del tejado entre las maderas, fuertes y rígidas. Otros tablones horizontales cruzan de lado a lado la estructura, pero su función es, principalmente, de sujección de muros.La nave central de la Catedral permanece cerrada a causa del peligro que supone el riesgo de otro desprendimiento. El trabajo será lento debido a que es necesario fijar bien la estructura antes de retirar los maderos rotos. La solución definitiva pasaría por sustituir toda la estructura de cerchas de madera por otros materiales que resistieran mejor las inclemencias del tiempo.