La Consejería dice que la castración es insuficiente y la entidad que también hay que desparasitar.
Los propios padres de alumnos del colegio ‘Andrés Manjón’, que sufre una plaga de pulgas, apuntaron esta semana a que la causa fundamental de la presencia de estos insectos es la colonia de gatos en los alrededores del centro que vecinos y otras personas alimentan en la calle. “Los animales tienden a ir allá donde hay alimento, entonces el efecto llamada hace que la colonia de gatos aumente y se multiplique”, indicó Abdelhakim Abdeselam, consejero de Sanidad y Consumo.
Este representante de la Ciudad indicó que esos gatos son “portadores no solo de esos parásitos, sino también son portadores de varias enfermedades”, por lo que insistió en la necesidad de controlar su proliferación en las barriadas. Parques de Ceuta es una de las áreas de la ciudad en la que pueden verse amplias camadas, como ocurre en Patio Páramo, según las familias de matriculados en este centro.
“Cuando nos proponen los proteccionistas el control mediante captura, castración y suelta”, explicó Abdeselam, “consideramos que es una medida muy relativa porque no solo hay que preocuparse de la reproducción, sino también hay que evitar que esos gatos se estén infectando continuamente porque están sueltos y pueden estar en contacto con todo tipo de parásitos”, argumentó.Estas propuestas de la Consejería no significa que estén en contra de la protección ni del maltrato animal, aclaró Abdeselam, pero concretó que hay que poner este tema en una “balanza y prioritariamente está la salud pública”.
Por su parte, la Protectora de Animales considera que la ecuación planteada por Sanidad está incompleta porque la castración debe estar acompañada de desparasitar al felino y proceder a su vacunación. “Desde la Protectora solicitamos a esas personas que alimentan a los gatos que colaboren desparasitándolos por el bien de las personas y los felinos”, informaron desde la asociación para añadir que, de ninguna manera, alimenten a estos animales con restos de comida. La entidad proteccionista reiteró que este programa se desarrolle con éxito en otros puntos de España y resultan más económico que “capturar, esperar 21 días y sacrificarlos”.
Los residentes de Patio Páramo sostienen que los “ataques” a los gatos de la zona ya han comenzado y ponen como ejemplo a Tigresa, a la cual han dedicado un pequeño altar en el callejón entre el colegio y Patio Páramo. Denunciaron de forma pública que fue envenenada y temen que, con la excusa de la plaga de pulgas, “continúen matando gatos”.
La Protectora sostiene que las pulgas, necesariamente, no tienen que proceder de los gatos y hablan de la insalubridad de la zona –como los contenedores en la entrada del ‘Andrés Manjón’– y otros animales como perros. Las consecuencias del otoño con altas temperaturas también favorece las plagas de pulgas y desde la organización estimaron que con la bajada de temperatura desaparecerán.