La importancia de la implicación artística

La historia del arte español en el siglo XX nos ha dejado algunos revolucionarios como Picasso y muchas y variadas producciones que, en no pocos casos, reflejaban el mundo que los rodeaba a la vez que muchos de los sufrimientos de los seres humanos de la época.

Desde los principios del siglo anterior destacaron algunos artistas claramente y, entre ellos, el profesor Bozal en su excelente obra sobre el arte español del siglo XX nos destaca a Ramón Casas y sus cuadros de la España negra, dónde se producían ejecuciones públicas a garrote vil y cargas de la guardia civil contra la multitud aterrorizada que huye sufriendo la violencia oficial. Si Ramón Casas refleja la pobreza mental y la represión, Joaquim Mir traza una obra maestra "Catedral de los pobres" sobre la situación de injusticia social y penuria de muchos españoles y José Gutiérrez Solana nos habla de la situación general del país en su cuadro "Los autómatas" característico de la España negra. Admitiendo que hay mucho de mito en aquello de la exclusividad de la España negra y que acaso podríamos hablar de una Europa negra plena de tradicionalismos, nacionalismos y mucha miseria, no puedo dejar de pensar que en el tiempo que me ha tocado vivir, a pesar de la deslumbradora tecnología, continúa existiendo un poso de negrura insalvable. Este color puede observarse en muchas direcciones que miremos, siendo el más preeminente el negro que rodea al poder político y administrativo. Estamos inmersos en un gran momento de cambio que no termina de aflorar, debido a las resistencias de los que ostentan el poder con ese nuevo estilo pseudodemocrático como base para ir adueñándose de la administración pública y perpetuarse, contando con sus delirantes clientes. Estas malas artes políticas ejercidas por los partidos y, sobretodo, las consecuencias trágicas que acarrean, son merecedoras de duras críticas por parte de diferentes sectores de la intelectualidad, y en esto los artistas son una maravillosa fuente de inspiración para todos. Picasso supo reaccionar ante las injusticias y las imposiciones fascistas que asolaban Europa. Miró contempló la luna de la misma manera que se encabritó de rabia durante el estallido de las contiendas europeas. Personalmente, y en relación a la realidad ceutí, me siento muy atraído por el cuadro "Tertulia" de Ángeles Santos. En ese cuadro, que traslado a la marinera ciudad, veo sobretodo el gran aburrimiento y el tedio insoportable que nos causa la ridícula situación política que vivimos en Ceuta dónde todo gira en torno al poder municipal. Además, siento que insta a hacer algo intelectualmente admisible para salir de tanta hegemonía administrativa y burocrática. Claro que no es un problema exclusivamente ceutí, pero aquí es dónde tenemos cierta capacidad de influencia y de maniobra. A pesar de ser un arte encuadrado en la nueva objetividad que creció allá por las primeras décadas del siglo pasado, creo que puede ser un punto de partida para crear un movimiento de arte pictórico crítico de hoy en día, sobretodo porque la historia tiende a repetirse y ella pintó el cuadro en 1929. Muy apropiado por la vacuidad de la sociedad actual que mientras se rearma con alta tecnología pierde profundidad ética. A la vez que nos sofisticamos perdemos nuestro refinamiento. Muy de un tiempo de la nada consumista en la que todo tiende a verse a través de un prisma del tener en vez del ser. Todo el mundo quiere tener antes de querer ser más a través del autoconocimiento y la exploración del mundo. El arte explora el mundo interior y exteriormente y emite su veredicto. Oponerse al régimen político-burocrático actual, instaurado democráticamente en nuestra ciudad es una necesidad para el avance intelectual de Ceuta. Este régimen municipal no tiene criterio sobre cuestiones que son cruciales, como el arte o la ciencia. De otra manera no se podría entender la pretensión de llenar la ciudad con estatuismo gigantista de corte mitológico. La mitología sobre nuestra ciudad es una cuestión interesante, sin duda, pero por su simbolismo no para crear un parque de atracciones sin gracia ni fortuna; otros tratamientos del hecho mitológico menos pretencioso se pueden diseñar y serían más exitosos. Sobre la cuestión científica es patético escuchar al alcalde encumbrar a clientes de su partido en disciplinas ambientales de las que no tienen ni idea; como por ejemplo el diputado número trece que solo piensan en crear fundaciones politizadas en relación a un medio marino que no les interesa lo más mínimo. Por todo esto, creo sinceramente que el arte crítico nos puede ayudar a avanzar a mayor ritmo del que actualmente lo hacemos y entender las realidades que nos rodean y, por supuesto, tomar aliento para intentar cambiarlas con las aportaciones de todos.
Como indicó Ángel Ruíz Lillo, el gran artista ceutí afincado en Minnesota, "Yo no renuncio a mi naturaleza caballa y me siento orgulloso de ser ceutí. Esta tierra es magnífica y lo único que le censuro es su desidia o modorra para no volcarse en la exteriorización de tanta belleza como encierra". Que la modorra mute en vibración vitalista depende también de nuestro posicionamiento político en sociedad y de las maneras de ejercer el poder, que actualmente son las que son. Sin embargo, también es posible y deseable que se desarrolle otro tipo de arte que celebre como indicaba Lillo la belleza de la naturaleza ceutí.
Muchas muestras de pintura popular y costumbrista existen, sobre todo a través de los muchos acuarelistas que tenemos, pero también debo indicar que hecho mucho de menos una pintura centrada en nuestro precioso territorio y su espléndida naturaleza marina; con la excepción de Tomás Fernández Cantos que pinta bajo el agua cuadros de corte expresionistas como consecuencia de la exposición de los oleos al agua marina. La luz de nuestro territorio se merecería artistas como Néstor Martín-Fernández de la Torre un pintor simbolista peculiar que se extasió con los fondos marinos de Gran Canaria, Joaquim Sunyer dentro del movimiento noucentista o también Maruja Mallo y Benjamín Palencia ambos pertenecientes a la escuela de Vallecas.
El horror que reflejó Miguel Prieto durante los bombardeos también debería tener una respuesta proporcionada ante tanto desasosiego actual que causa el horror migratorio en nuestra ciudad. Parece inexcusable la ausencia, pero por desgracia es así. Puede que la educación reglada no este favoreciendo el ascenso del arte pero tampoco parece que haya espíritus muy inquietos por hacer aflorar emociones artísticas en las almas muy dormidas de los jóvenes caballas. Las expresiones artísticas no abundan en nuestra marinera ciudad y cuando se producen suelen ser de carácter neutro y políticamente correctas. La atracción gravitatoria que ejerce el agujero negro llamado ayuntamiento lo engulle todo, llevándose toda la creatividad hacia la nada. Quizá el arte conceptual podría ser una buena manera de crear metáforas sobre las migraciones y nuestras respuestas. Podríamos crear la biblioteca de la migración en línea con las ideas de meticulosidad y respeto al momento y el material recogido desarrolladas por Miguel Ángel Blanco en su biblioteca del bosque.
A pesar de todo, tenemos la suerte de contar con artistas de la talla de Ángel Ruíz Lillo, Elena Laverón y Diego Segura. Los tres son personas propias del territorio norteafricano que pisaron y palparon. De Lillo no conozco apenas obras pero su Dama de Ceuta es para mí una representación de la mujer caballa bella, fuerte y asentada, algo alejado del canon de belleza femenina clásico, como lo fue su hermana Queti y sus amigas, y como lo es hoy en día nuestra campeona deportiva de waterpolo Lorena Miranda. Diego Segura impregna un simbolismo luminoso en sus obras entre las que destaco no solo la ola sino especialmente sus coloridos dibujos que son encrucijadas de luz y color dónde está siempre entendido el ser humano ante su destino. Sobre Elena Laverón me gustan sobre todo sus esculturas más orgánicas de representación animal y en sus esculturas enlazadas veo mucho las visiones de ritos rifeños que reflejaba Blanco de Izaga. No obstante, la muestra organizada por el ayuntamiento es todo un acierto que merece reconocimiento.