Un mes después de la desgracia ocurrida en el espigón del Tarajal persisten más preguntas que certezas en torno a las vidas que se perdieron en aguas marroquíes cuando intentaban sortear la frontera entre ambos países.
La identidad de los cadáveres es una de las incógnitas que la jueza que instruye el caso en la ciudad autónoma tendrá que resolver ya que, en el caso de los cuerpos aparecidos en la costa local, resulta complejo su esclarecimiento dado el mal estado en el que se encontraban los restos mortales tras días sumergidos.
En el país vecino, el colectivo en defensa de los derechos de los inmigrantes, Caminando Fronteras, elabora una informe sobre los recuperados por las autoridades marroquíes con los datos recabados por sus activistas en centros sanitarios, campamentos en los bosques y otros lugares donde los subsaharianos y posibles compañeros en la migración clandestina encuentran cobijo antes de intentar su entrada en Ceuta.
Esta organización fue la primera en difundir los rostros de aquel fatídico asalto, en concreto ocho con nombres o apodos y algunas pinceladas de su vida que insuflan mayor dramatismo, si cabe, a una pérdida que ha tenido repercusión a escala nacional, europea pero también en sus países de origen, donde sus familias aguardan la confirmación de sus sospechas.
De los diez muertos recogidos en el reino alauí, cuatro cameruneses identificados por la Embajada de este estado en Rabat fueron enterrados en un cementerio en Tetuán, señalaron desde esta organización pro derechos humanos, aunque lamentaron que sus diplomáticos no hayan concretado en qué fosas. El quinto, añadió Helena Maleno, su coordinadora, fue repatriado a este país centroafricano donde ya descansa.
Mientras tanto, el resto de difuntos permanecen en la morgue de Rincón y Castillejos, apuntó la portavoz de Caminando Fronteras, ya que los cuerpos se mantienen en este depósito durante dos meses para su identificación.
Entre los parientes de quienes han sido reconocidos impera la “ley del silencio”, lamentan desde esta plataforma, “por las amenazadas recibidas”, desvela Maleno. “Hablarán ante los tribunales”, aseguró la activista, muy crítica con que los subsaharianos rescatados sin vida en la Bahía Sur hayan sido enterrados ya en el camposanto de Santa Catalina pese a contar con autorización judicial para darles sepultura. Algunas familias que tratan de encontrar a sus desaparecidos en el asalto a la frontera del Tarajal albergan la esperanza de que estén a salvo en algún lugar.
Por su parte, la Asociación Elín se esfuerza en aclarar quiénes son las personas que ahora descansan en Ceuta sin que, hasta el momento, sus indagaciones hayan dado fruto aunque sostienen que la ropa que vestían y otras marcas pudieran arrojar algo de luz. Precisamente, el primer subsahariano hallado por la Guardia Civil en la playa española del Tarajal, por su indumentaria, resultó ser la misma persona retratada en una fotografía de los cuerpos bajo el mar publicada por este periódico al día siguiente de la tragedia.
Otros subsaharianos que conocieron a los fallecidos en su odisea a Europa recuerdan con cariño la solidaridad de Kenzo, que ayudaba a los heridos a llegar al hospital en Oujda, o la simpatía de Larios, siempre con una sonrisa. Todos desean que los 15 descansen en paz.