La moción de urgencia presentada por UDCE para actuar en las obras de la Cabililla de Benzú a fin de evitar los derrumbes por el material acumulado en la ladera de dicha zona no llegó a buen término después del intercambio de impresiones entre el portavoz del grupo de la oposición, Mohamed Alí, y el consejero de Fomento, Juan Manuel Doncel, que terminó con un acusado malestar por parte del líder de UDCE, al no considerar preceptivas las palabras del responsable del área, que llegó a presentar como opción el desalojo de las familias allí residentes a fin de preservar su integridad.
Alí ponía sobre la mesa la denuncia de esta situación que está generando “desasosiego e incertidumbre” entre los vecinos, argumentados en las “importantes deficiencias que afectan a sus viviendas”. En concreto, el líder de UDCE aludía a las obras de la carretera de servicio que rodea a estas edificaciones por su zona alta y que “amenaza con el derrumbe y el consecuente peligro” para sus moradores.
Alí exponía que la única medida contemplada en estas obras es la construcción de un muro de contención que, según apuntaba el líder De UDCE, “no reunía las condiciones mínimas para realizar esta función”, hecho comprobable en el desprendimiento de parte del talud “y en una enorme roca que aún subsiste”.
La intervención de Doncel, recordando en un principio la competencia de la Delegación del Gobierno en el asunto, “al tratarse de una carretera de servicio que conecta con el vial perimetral de la frontera y una parcela que tampoco pertenece a la Ciudad”, no ha sido del agrado de Alí después de que el responsable de la consejería anunciara que, una vez los técnicos de la Ciudad elaboren el informe pertinente, “de ser necesario se procedería a un desalojo e iniciaríamos los contactos con Asuntos Sociales para realojar a estas familias”.
En contra del desalojo
Si Alí, en principio, aceptaba la transaccional del informe, pese a reiterar “que ya lo pedíamos en la propuesta”, recriminaba a Doncel que hubiera aludido al desalojo de los vecinos, “es lo que se intenta evitar, sobre todo en una situación que no la provocan ellos”.
El líder de UDCE se lamentaba de la actitud del Gobierno en cuanto se limitan a “hablar de desalojos y no de hacer que la obra cumpla con los requisitos de seguridad”.
“Más traumático sería no desalojar y que se produjeran daños personales”, le respondía el consejero de Fomento.
La intervención del presidente Vivas asegurando que sólo se procedería al desalojo “mientras se solucionara el problema de las obras” no sirvió para calmar los ánimos del líder de la oposición que, finalmente, no aceptó la transaccional, encontrándose con los votos en contra del Gobierno local y el único apoyo del grupo parlamentario socialista.