El presidente de la Ciudad dijo que su obra trasmite “aprecio por la vida para ser vivida, el valor sublime de lo auténtico, lo elemental y lo espontáneo”. El jefe del Ejecutivo también resaltó su personalidad
La Ciudad entregó ayer a la artista Elena Laverón el Premio María de Eza 2015 en un sencillo pero sincero acto que se celebró en el Salón del Trono del Palacio Autonómico. Así fue también el discurso de la galardonada, quien agradeció esta concesión a todos los que le han elegido; al presidente de la Ciudad, Juan Vivas; a la consejera de Educación, Cultura y Mujer, Mabel Deu; y a todos los asistentes al acto de ayer. También dijo estar “muy orgullosa” y explicó que la estatuilla que se entrega con este galardón –obra suya–, la elaboró pensando en María de Eza –gobernadora de ceuta en el siglo XVI–, después de ver fotografías.
El presidente de la Ciudad tildó de “magnífico” el discurso de Laverón, porque aunque “no es nada fácil” conseguir el reconocimiento internacional que tiene, fue el de “la humildad y la sencillez”. Y es que, como añadió, “las personas, cuanto más sabias e inteligentes, más humildes y sencillas”. Antes, el jefe del Ejecutivo local había agradecido a Laverón que los ceutíes puedan sentirse “orgullosos” de tenerla “como paisana”, por su magnífica obra, prestigio y manera de ser. También dijo que es una “hija predilecta de Ceuta”, por su “categoría humana y artística”.
Vivas admitió que su obra le “encanta, emociona y conmueve”, y que basándose en opiniones de ilustres personalidades como Antonio Aróstegui, Antonio Abad y Mario Vargas Llosa, está convencido de que su obra trasmite “aprecio por la vida para ser vivida, el valor sublime de lo auténtico, lo elemental y lo espontáneo” y la “virtud de conectar el cuerpo y el alma, lo espiritual y lo material”. Así, añadió que los huecos tan originales que tienen sus obras son “una invocación a la presencia en el monumento de la naturaleza, porque por el hueco entra la luz y el viento”, y que éstas son también “una apelación constante a la cultura mediterránea y en favor del encuentro, el contacto humano y la relación”.
También destacó su constancia en el trabajo, ya que este reconocimiento “es fruto no solamente del arte que Dios te dio, sino también de la tenacidad, la perseverancia, el esfuerzo y el trabajo”.
El presidente Vivas afirmó que el acto de ayer servía para “hacer una pública manifestación que tiene mucho de afirmación, denuncia y compromiso”. De afirmación para poner de manifiesto la convicción de que “todos los seres humanos nacemos iguales y somos iguales”; de denuncia porque aunque “está en las leyes”, esa “realidad legal no se corresponde con la realidad de hecho” y que en la sociedad “sigue habiendo desigualdad y discriminación”; y compromiso, el que debemos tener todos, cada uno en su ámbito, para “avanzar en la igualdad y erradicar la discriminación”.
El máximo representante de la Administración local manifestó que “no podemos considerar que vivimos en una sociedad desarrollada hasta que no haya una igualdad efectiva y real entre hombres y mujeres”, y tuvo un recuerdo para todas aquellas que han sido víctimas de la violencia de género. “Tenemos que decir alto y claro que no están solas, ni están ni pueden estar solas. Que sus heridas, su dolor, su espanto y su miedo, el de ellas y el de sus hijos, son también nuestros”, añadió. En esta línea, afirmó que debemos estar “todos a una” para “erradicar esta tremenda y terrible lacra social”. Al igual que todos los años, Vivas cerró este acto diciendo que “a favor de la mujer: igualdad, dignidad y justicia”.
El Salón del Trono se llenó de decenas de ceutíes que quisieron acompañar a Laverón en este día tan importante. Entre ellos estaban mujeres anteriormente galardonadas con el Premio María de Eza y representantes de los dos partidos de la oposición.
Goza de gran prestigio en el ámbito artístico
El Jurado del Premio María de Eza concedió este galardón a Elena Laverón “por su trayectoria profesional y por haber contribuido a fortalecer y hacer efectiva la presencia y participación de las mujeres en los diferentes ámbitos de la sociedad, sobre todo en el ámbito artístico y en especial en la escultura”.
Suya es la estatuilla que se entrega a las galardonadas con el Premio María de Eza, así como la alegoría de la convivencia que, también en forma de escultura, otorga la Ciudad a los galardonados con el Premio Convivencia.
Nacida en Ceuta en 1938, la mujer ceutí del año tiene obras por todo el mundo, desde algunas calles de Málaga, donde vive desde hace más de 30 años, y el Museo Reina Sofía, en Madrid, hasta el Guggenheim de Nueva York, la sede de la Unesco en París o el Crown Pointe en Atlanta .
Para el Jurado de la vigésima edición del Premio María de Eza, con su ejemplo, dedicación y esfuerzo, Elena Laverón contribuye de manera decisiva en el avance hacia una sociedad más justa e igualitaria .
Este galardón se creó para distinguir, reforzar e incentivar la labor desarrollada por las mujeres ceutíes en el área educativa, sanitaria, cultural, social, deportiva, empresarial, artística, de investigación o cualquier otra.