La Ciudad ha dado ya los primeros pasos para la instalación de la zona infantil en el parque de San Amaro, donde actualmente se ubica un único juego que ha sido objeto de numerosas criticas por parte de los ciudadanos al considerarlo insuficiente para cubrir la demanda de ocio para los más pequeños.
Esa demanda será ahora satisfecha después de que Procesa haya encargado ya la construcción de un total de cuatro módulos y tres balancines o muelles que se habilitarán en la zona y cuyo coste supone algo más de 100.000 euros.
En total serán casi 300 los metros cuadrados de superficie que albergará los nuevos módulos infantiles, dos de ellos destinados a niños de 0 a 9 años, y los otros dos para pequeños de 3 a 12, en los que se distribuyen toboganes o redes, además de zonas de descanso para los menores.
El suelo continuo de protección para amortiguar posibles caídas y golpes está elaborado con caucho reciclado y en una combinación de colores para hacer más agradable a los pequeños su estancia en el remodelado parque de San Amaro.
Parte del área infantil se cercará con un total de 26 metros de valla de madera de colores que, además de acotar el área, tiene como objetivo garantizar la seguridad de los niños.
El plazo de fabricación de los cuatro módulos que se colocarán en el parque de San Amaro es de tres semanas, periodo tras el cual la empresa Dragados, también responsable de la reforma del recinto, se encargará de instalar los nuevos módulos en la misma zona en la que actualmente se ubica el único juego.
Con la colocación del área de juegos infantiles dará por concluida la reforma de San Amaro, iniciada hace algo más de un año y que culminó con su inauguración el pasado 1 de noviembre, coincidiendo con la celebración de la tradicional Mochila.
El proyecto de San Amaro, cuya autoría corresponde al arquitecto de Procesa Ángel Moreno, aúna la tradición del recinto con un sello de modernidad en el que se da especial relevancia a la ornamentación en forma de fuentes y, por ende, al agua como uno de los elementos con los que más se ha jugado en el proyecto, al potenciar su presencia en todo San Amaro. Esto se demuestra con la ubicación de una fuente a la entrada y una serie de canales que conforman un jardín central rodeado de palmeras, además de una cascada.
La vegetación también se ha resaltado como un elemento primordial del parque, al concebir un circuito botánico con 120 especies autóctonas.
Las esculturas también juegan un papel fundamental en el recinto, contando para ello con obras de artistas locales. Por un lado, dos figuras de animales de la escultora Elena Laverón y el conjunto escultórico de los hermanos Pedrajas dedicado a la Mochila. La decoración escultórica se completará con la fuente de Nicoli, actualmente en restauración, y que coronará la fuente que sirve de pórtico al parque de San Amaro.
Entre las novedades se encuentra la renovación del mobiliario, la canalización del agua para evitar las inundaciones en época de fuertes precipitaciones, o la erradicación de barreras arquitectónicas.
Las áreas de seguridad de los juegos varían entre los 10 y los 71 metros
La nueva normativa de seguridad de la Unión Europea para parques y áreas infantiles establece una serie de exigencias, tanto en las instalaciones (situación, accesibilidad y uso, elementos auxiliares, señalización), como en los equipos o elementos de juego (balancines, columpios, toboganes).
Uno de los aspectos más estrictos hace alusión al área de seguridad que debe establecerse en torno a cada uno de los módulos infantiles y que varía en función del tipo de juego. En el caso concreto de los juegos de San Amaro, el área de seguridad a establecer varía en función del tipo de juego. En los muelles se cifra en diez metros cuadrados, el resto varía entre 21 y 31, mientras que en los destinados a niños de más edad, se establece un área de 53 y 71 metros cuadrados, respectivamente.
“Muchas veces puede parecer que son pocos juegos, pero es necesario que exista un área de seguridad grande para garantizar la seguridad de los niños”, aclara el arquitecto responsable del proyecto de San Amaro, Ángel Moreno.