El juicio oral en el que un exprofesor del Colegio San Agustín, en Ceuta, se enfrenta a una petición de más de 40 años de cárcel por ocho presuntos delitos de índole sexual con menores ha llegado este martes a última hora de la tarde al tramo de testificales de los agentes de la Guardia Civil que participaron, en noviembre de 2017, en el registro de su domicilio, donde se hicieron con todo tipo de material informático en cuyo interior aparecieron las fotografías, vídeos y conversaciones de Whatsapp que sustentan buena parte de la acusación.
La Sala ha escuchado declarar al agente del Grupo de Delincuencia Tecnológica de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia local de la Benemérita que se encargó de recopilar “pen drives, tarrinas de discos compactos, cámaras de fotos, tabletas, ordenadores, teléfono móvil...” en busca de “pornografía infantil”.
El funcionario ha explicado que solicitó a A.D.B. la contraseña del ordenador que tenía en su habitación y que este se la facilitó. Una vez encendido, igualmente le indicó la ubicación de “fotografías o vídeos”. Nada más ver “tres”, la comitiva policial a la que acompañaba el secretario judicial consideró que había base para detenerlo y poner fin a la revisión de la computadora en casa.
En el mismo domicilio, en la documentación que rellenó sobre el terreno, el agente también marcó como positivo que el investigado sentía “atracción sexual por niños”. “A mí no me lo dijo, pero en ese cuestionario no debe aparecer lo que afirme, sino lo que yo vea y pregunte”, ha advertido el guardia a la defensa.
Una vez recopilados los elementos intervenidos y guardados en sus bolsas de custodia, los investigadores clonaron parte de ellos en Ceuta e hicieron lo propio en Madrid con los aparatos Macintosh, que precisaron de apoyo técnico especializado.
El abogado del exprofesor ha retomado con este testigo tras escuchar las declaraciones de más de 15 exalumnos una de las líneas de defensa que ha utilizado durante los últimos cuatro años, la que cuestiona los procedimientos seguidos en la custodia (“siempre han estado bajo mi responsabilidad”, ha dejado claro el agente) de todos los aparatos informáticos incautados, sobre los que pone en duda que no hayan permitido algún tipo de manipulación.
Las respuestas, de insuficiente nivel técnico y a veces vagas, del guardia han llevado a la Fiscalía a proponer que sean citados a testificar también los agentes de la Guardia Civil que apoyaron al funcionario local en Madrid, algo a lo que se ha opuesto la defensa por “extemporáneo”. “Desde el principio del procedimiento consta que se pidió apoyo especializado y tiempo ha tenido el Ministerio Fiscal para pedir quiénes fueron esas personas”, ha argumentado.
La Sala se decantará por una u otra postura este miércoles, para cuando se espera la declaración de más guardias de la Comandancia ceutí, de varios peritos y del acusado como paso previo a que las partes presenten sus calificaciones definitivas y el caso quede visto para sentencia.