Sacar los colores a los prejuicios contra el pueblo gitano. Hablar de estereotipos para que la comunidad educativa del Campus de Ceuta aprenda a conocer la realidad discriminatoria que sufren o han padecido muchas personas que pertenecen a la etnia.
Es el principal propósito de la primera jornada de este calado organizada desde la Facultad de Ciencias de la Salud. El evento, bajo el nombre ‘Factores Clave en la Situación Actual del Pueblo Gitano’, ha sido promovido por Francisco Javier Fernández, coordinador del grado de Enfermería.
“Es fundamental llevar a cabo este tipo de iniciativas en los centros universitarios ya que la universidad no solo debe ser un espacio de formación académica, sino también un motor de transformación social”, remarca. “Iniciativas como estas contribuyen a formar una ciudadanía crítica, comprometida con la justicia social, la igualdad y el respeto a la diversidad”, destaca.
Asimismo, la actividad se plantea al hilo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Estrategia UGR 2030, en concreto, con los apartados cuarto, quinto, décimo, decimosexto y, de forma transversal, el decimoséptimo. Versan sobre la educación, la igualdad o la paz entre otros valores.
Motivación
La razón por la que se ha elegido a este sector poblacional es “porque históricamente ha sufrido mucha discriminación y exclusión”. Manifiesta que “su paradigma a menudo se desconoce o se entiende a través de estereotipos y prejuicios”.
A pesar de que parte de una entidad totalmente académica, Fernández insiste en que todo el que esté interesado puede participar ya que el proyecto se constituye como “un espacio abierto y accesible para todos”.
“Invito a cualquier persona que quiera aprender, dialogar y acercarse a al contexto del pueblo gitano, así como temas de interculturalidad, género y salud”. Menciona que la jornada “es una oportunidad para establecer puntos de encuentro, reflexión y compromiso más allá de las aulas”.
Programa
El evento cuenta con el apoyo de un grupo de representantes de Sevilla de Fakali, la federación de mujeres gitanas. La entidad desde hace más de dos décadas está inmersa en realzar a las mujeres de la etnia, en especial, mediante la educación.
Las charlas que se impartirán este viernes en el Campus ahondarán en el contexto y circunstancia actual de este colectivo, en el modelo de intervención en violencia de género hacia ellas, así como la imagen social proyectada hacia el grupo en medios de comunicación y redes sociales.
La propuesta parte de la asignatura ‘Transculturalidad, Género y Salud’, una materia que aborda precisamente la sanidad desde la mirada de los diferentes contextos sociales e identitarios de la población.
Fernández hace hincapié que desde la misma se considera “esencial” poner al trasluz de este filtro a la propia asistencia sanitaria. “Lo es porque no es un fenómeno neutro ni se vive igual en todas las personas o colectivos”, explica.
Barreras
“Factores como el origen étnico, el género, la clase social o la cultura influyen profundamente en cómo se experimenta la salud, en el acceso a los servicios y en la calidad de la prestación recibida”, comenta.
Matiza que, en el caso del pueblo gitano, “existen barreras estructurales estereotipos y prejuicios que pueden generar situaciones de discriminación o desconfianza hacia el sistema sanitario”, incide. “Es por ello por lo que es importante que el personal esté instruido no solo en competencias técnicas, sino también en sensibilidad cultural, escucha activa y reconocimiento de la diversidad”, asegura.
El docente asevera que contar con estas enseñanzas permite identificar desigualdades en este ámbito relacionadas con determinantes sociales, cuestionar prácticas que perpetúan la exclusión y el fomento de una atención más humana.
Casos reales
Fernández indica que contar con herramientas que permitan ver al colectivo más allá de un dibujo social definido puede evitar casos que se dan en el presente en centros sanitarios.
“Por desgracia hay bastantes ejemplos reales de cómo, cuando no se tiene en cuenta la cultura o el contexto de la persona, se puede llegar a una mala praxis, aunque no siempre sea con mala intención”, cuenta. “Muchas veces pasa por desconocimiento, prejuicios o falta de formación en diversidad cultural”, matiza.
“Hay mujeres gitanas que cuentan que al ir al hospital a parir sientes que no se las toma en serio”, expone. “Se asume que ‘aguantan más’ o que venían ‘acompañadas de demasiada gente’, como si fuera algo negativo”, expresa. “Eso afecta el clima del parto, genera tensión y puede influir incluso en la evolución del proceso”.
Más formación
Fernández estima que, a pesar de que en muchas ocasiones se cuela el eslogan de la Ceuta de las cuatro culturas, aún queda por hacer en ese sentido. “Se habla mucho de la interculturalidad en la ciudad, pero muchas veces eso se queda en la teoría. Hace falta más formación real en el día a día y más trabajo en equipo para no caer en prejuicios”, determina.
Cree que es un asunto relevante a tratar en el marco del área sanitaria local ya que “todos los que trabajamos en este terreno sabemos que una mala experiencia puede llevar a que un usuario no vuelva a pisar un centro. Eso tiene consecuencias reales”.
Señala cuáles son las claves a tener en cuenta cuando un médico, enfermero u otro profesional atiende a un paciente con un contexto diferente al suyo propio. Estas son, en concreto, evitar los estereotipos, fomentar la escucha activa, usar la empatía o conocer y respetar prácticas culturales vinculadas a la salud entre otras.
A su juicio no tener en cuenta estos aspectos puede acarrear consecuencias negativas como la desigualdad en el acceso al servicio y en sus resultados, la reproducción de prejuicios, la discriminación, la pérdida de confianza en el sistema sanitario, la falta de eficacia clínica y un impacto desfavorecedor para la propia asistencia.
Sr. Fernández:
¿Qué hay de las miles de cesáreas practicadas sin ton ni son a las parturientas de origen marroquí o de confesión musulmana? 🤔