El profesor indica que los “lugares fronterizos son sitios con conflictos”, pero en ese “contacto” hay una “gran riqueza”. Un encuentro que tiene por objetivo que los participantes compartan el “conocimiento, el debate, la reflexión y también el entretenimiento”. Así presentó ayer Jorge Lirola, presidente de la Sociedad Española de Estudios Árabes (SEEA), el ciclo de cultura árabe Al Multaqa.
–¿Por qué Ceuta es el lugar idóneo para organizar este evento?
–Es una ciudad portuaria que, tradicionalmente, ha tenido muchas ventajas para el comercio, es decir, siempre ha sido un punto de encuentro que, cuando mayoritariamente los gobernantes eran musulmanes, también había colonias cristianas y judías. Al igual que, en la actualidad, hay autoridades cristianas y se da lo contrario. Ceuta es un paradigma de convivencia en el que, además, se dan posibilidades de riqueza. Es un proceso muy complejo porque Ceuta, además de ciudad de puerto es una ciudad de frontera. Los lugares fronterizos son lugares con conflictos pero también con posibilidades de una gran riqueza por los contactos. Unos contactos que pueden generar conflictos pero, en ese sentido, el conflicto en sí mismo no es malo. Malo es no poder resolverlo, pero se pueden buscar soluciones a los mismos. El que haya un contacto físico permite que haya también una mayor permeabilidad y sean lugares ricos porque, queramos o no, la diversidad de cultura es riqueza. Muy triste sería que fuéramos todos iguales, uniformados, sin colores.
–¿Cuál es la aportación de la Ciudad a la Biblioteca de Al Andalus?
–Es un proyecto que dirigí yo por mi condición como presidente de la Fundación Ibn Tufayl de estudios árabes. Participó un amplio colectivo en el que hemos intervenido 171 investigadores y lo vamos a presentar esta tarde –por ayer–. Un proyecto que ya hemos culminado y contamos con la colaboración de distintas entidades públicas con las que llegamos al acuerdo de que nos apoyaban a través de la compra de ejemplares para darle difusión. En esa biblioteca de Al Andalus hemos catalogado todos los autores andalusíes y su obra. En ese sentido, Ceuta es un lugar muy destacado ya no sólo por los autores nacidos aquí, sino también fue una ciudad que creció, es decir, atrajo a mucha población foránea que se estableció en Ceuta.
–¿Cuál fue la época de mayor esplendor de Ceuta?
–La época almohade y la meriní, es decir, los siglos XIII y XIV porque en ese momento hay muchísimas relaciones entre la península ibérica y el norte de África, sobre todo, a través de los almohades cuya capital era Marrakech. Pero también Al Andalus estaba muy intrincada. Luego, en el siglo XIV a través del reino nazarí de Granada cortó la relación que tenía con los meriníes y hubo un tiempo que incluso Ceuta dependió del Reino de Granada, es decir, estuvo incorporado al Reino de Granada al igual que en el siglo X la flota omeya, la flota califal de Al Andalus, tuvo dentro de sus territorios Ceuta, Melilla y otros puertos, como Tánger.
–¿Qué autores son ceutíes?
–Un ejemplo es Al-Sharif Al-Garnati. Son muy conocidos los gobernantes ilustrados como los Banu L-Azafí que a la vez eran los gobernantes de Ceuta en un momento en que la ciudad se gobierna de forma independiente. Ellos también destacan como escritores. Uno de ellos tiene una obra muy interesante que es la reivindicación de la festividad del Mawlid, que es el nacimiento del Profeta, porque es precisamente en el siglo XIII cuando se inicia la conmemoración de esa festividad que no tenían una tradición dentro de la cultura islámica pero empezó en aquel momento.